FAPAR
opina sobre el Programa de Gratuidad de Libros de Texto,
pionero en nuestra Comunidad
En
el marco constitucional que reconoce a los ciudadanos el
derecho a una educación básica gratuita, se enmarca el Programa
de Gratuidad de Libros, que nuestra Comunidad fue
pionera en implantar en el curso 2001/2002 y que en el
presente llega hasta 3º de la ESO. En este curso se verán
beneficiados 102.000 alumnos y alumnas de Aragón del mismo.
En la actualidad, sólo cinco Comunidades (Castilla y León,
Madrid, Comunidad Valenciana, Navarra y Murcia) siguen
cargando el coste de los libros de texto sobre las familias
en general, mientras que el resto han seguido el camino
iniciado por Aragón y ofrecen este programa a sus escolares
y familias.
Desde
FAPAR, entendemos que la educación, como servicio público
que es, debe llegar a todos los ciudadanos en las mismas
condiciones de igualdad y que la Escuela debe cumplir una
importante labor como compensadora de las desigualdades
sociales que se dan en la misma. Por lo que se hace
necesario que se tienda a que ésta sea realmente
gratuita en las etapas obligatorias y básicas de la enseñanza.
Dentro de este contexto nos congratulamos de este Programa.
Además
en nuestra Federación entendemos que este Programa
contribuye a desarrollar nuevos métodos de enseñanza-aprendizaje, ya que
posibilita diferentes alternativas de trabajo para los
docentes, desde la elaboración propia de materiales
curriculares, hasta la adaptación de los ya existentes.
Desde esta perspectiva, seguimos haciendo un llamamiento a
las editoriales para que colaboren en la adaptación de sus
textos y materiales
a las nuevas alternativas.
Por
otra parte, consideramos que este programa contribuye a
fomentar en nuestros hijos e hijas valores tan importantes
como el respeto al material de estudio, al medio ambiente,
al cuidado de lo ajeno, la solidaridad entre todos, etc.
El
modelo que nuestra Comunidad presenta es a través del préstamo
de los libros, de tal manera que la administración
educativa dota de un presupuesto económico a los centros y
éstos deciden entre tres presupuestos, el más económico.
Al inicio de curso se distribuyen los libros a los alumnos y
éstos los devuelven acabado el mismo. La
reposición total de los libros se hace cada cuatro años,
si bien hay reposiciones parciales en la medida que son
necesarias. En un 85% en el primer ciclo de Primaria y en un
15% en el
resto. Creemos que éste es el mejor modelo de eficiencia y
de aprovechamiento en la utilización de los recursos públicos que puede darse.
Pensamos que dotar cada año de un presupuesto
completo para la adquisición de los libros de estudio a las
familias es un despilfarro innecesario e impropio de las
administraciones públicas que deben velar por la optimización
de los recursos de todos. En la mayoría de los casos los
libros, una vez concluido el curso escolar,
acaban apilados en los hogares sin más utilidad que
la de haber servido puntualmente.
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