Las
familias critican que la mayoría de las actividades
extraescolares se realicen gracias a los esfuerzos económicos
de los padres ante la falta de subvenciones
Los
padres lo tienen claro: faltan actividades extraescolares
fuera del horario habitual del centro. Critican que la escuela
continúe anclada en horarios y espacios que no han
evolucionado ni se han adaptado a las necesidades de una nueva
sociedad. Así, gran parte de la comunidad educativa coincide
en la necesidad de que los colegios, más allá de la jornada
lectiva tradicional, sean capaces de ofrecer a su alumnado y a
las familias una jornada escolar completa, de manera que
encuentren en sus centros las actividades que necesitan para
completar su formación y para utilizar de forma educativa y
provechosa su tiempo libre.
Una
cuestión que redunda en una mayor calidad de la educación y
para la que es necesario un compromiso finaciero de las
Administraciones con el fin de lograr una escuela «a tiempo
completo» capaz de convertir los colegios e institutos en un
recurso social. No obstante, la comunidad educativa considera
que hay que tener en cuenta siempre que los colegios son
lugares para la educación antes que para el recreo. En este
aspecto hace hincapié Maite Pina, presidenta de la
confederación laica de padres Ceapa, que
considera que es importante «valorar el aspecto educativo del
ocio y cualquier actividad que se haga en una escuela debe ser
educativa».
Deberes,
idiomas e informática
Pero,
¿qué prefieren los padres? ¿un lugar donde «aparcar» a
los hijos mientras trabajan? ¿que ocupen ese tiempo en
deporte o en dar clases? Aun partiendo de la base de que la
educación es un todo, lo cierto es que las familias echan en
falta alguien que les ayude con las tareas que cada día traen
a casa sus hijos. No en vano, y como apunta Maite Pina, «las
tareas escolares se están convirtiendo en un elemento
discriminatorio» porque no todos los padres tienen las mismas
oportunidades -por tiempo o conocimiento- de ayudar a sus
hijos con sus deberes.
Para
ello, la apertura de los centros con profesionales dedicados a
resolver las dudas y ayudar con los deberes a los niños es
una de las posibilidades que más convence a los padres. No en
vano, en los centros que ofertan actividades extraescolares en
Secundaria, las más demandadas son clases de idiomas e informática,
además de las enseñanzas musicales y las actividades
deportivas. Por otra parte, la apertura de los centros fuera
del horario normal «no es ninguna novedad», según señala
Pina. De ello se han encargado las asociaciones de padres que,
preocupadas por la mejora de la educación de sus hijos,
vienen ofertando desde hace muchos años actividades
extraescolares . Porque lo cierto es que, a pesar de los
esfuerzos de las Administraciones, en la mayoría de los casos
si hay que abrir los centros educativos más allá de las
horas lectivas, los padres tienen que tener el bolsillo
abierto.
La
confederación católica de padres Concapa coincide en la
necesidad de abrir los centros educativos, pero también
solicita más flexibilidad en las horas lectivas para paliar
el fracaso escolar. En este sentido apuesta por que centros
puedan flexibilizar su horario para mejorar la formación.
No
obstante, y a pesar de ese sentimiento unánime, la apertura
de los centros escolares ha seguido derroteros muy diferentes
en cada una de las Comunidades Autónomas. Así, y según
datos facilitados por Ceapa, las familias españolas gozan de
unas u otras ventajas dependiendo de dónde escolaricen a sus
hijos. En Aragón, los padres y profesores de cada centro
educativo pueden elaborar proyectos conjuntos y presentarlos
ante la dirección provincial de Educación, de manera que hoy
día existen ya 27 colegios con ampliación de horarios. En
Canarias gracias a diferentes convenios existen actividades
extraescolares por la tarde, casi todos los días de la
semana.
Los
colegios asturianos que lo deseen pueden acogerse al Plan de
Apertura de Centros presentando un proyecto a la Consejería
-que otorga la subvención- y será un profesor del centro el
encargado de la apertura. No obstante, no han sido muchos los
centros que se han acogido a ello. En Extremadura, a pesar de
que se contempla que de lunes a jueves los alumnos puedan
gozar de actividades extraescolares desde las cuatro a las
seis de la tarde y de que se llevan a cabo gracias a 200
monitores pagados por la Junta, lo cierto es que los esfuerzos
resultan insuficientes y estas actividades se ven reducidas a
dos días a la semana.
Aulas
matinales
En
la Comunidad Valenciana para que los centros educativos estén
abiertos fuera del horario escolar deben ser las APA las que
realicen las actividades, en especial en Infantil y Primaria,
a pesar de que existen subvenciones europeas para ayudar a la
mujer trabajadora y a las que acceden pocas asociaciones de
padres. Situaciones anteriores que difieren de las que viven
las familias andaluzas donde el Plan de Apertura de Centros
permite que éstos abran doce horas al día (desde las 8:00
-las 7:30 en el caso de los colegios acogidos al aula
matinal-, hasta las 20:00 horas), los siete días de la semana
y once meses al año, para prestar servicios de aulas
matinales, comedores escolares y actividades extraescolares.
Por
todo ello, los padres continuarán reclamando la apertura de
los colegios, para que los centros sean de la sociedad, de la
comunidad de la que forman parte y no de la Administración.
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