Almunia: "Si un colegio canta o no villancicos, al final es sólo una anécdota"
La consejera ironiza sobre la polémica del Hilarión Gimeno.
J. MORALES/ P. CIRIA. Madrid/ Zaragoza | Heraldo
La consejera de Educación, Eva Almunia, apeló ayer a la «autonomía del consejo escolar» del colegio público Hilarión Gimeno de Zaragoza para que se respete la decisión de no celebrar el festival de Navidad. Es una cuestión de «principios democráticos», señaló. Almunia, en un acto de partido organizado por el PSOE madrileño, calificó de «anécdota» el hecho de que un centro decida eliminar un acto navideño y pidió «respeto». Además, criticó a la «derecha de este país» por plantear un asunto que, a su juicio, nada tiene que ver con la quiebra de principios religiosos o personales. De hecho, remarcó que la decisión de un colegio de cantar o no villancicos «al final es sólo una anécdota».
El apoyo incondicional a las decisiones tomadas en el Hilarión Gimeno provocó malestar entre algunas familias, que consideran que el departamento de Educación utiliza un doble rasero. El presidente de la Federación Cristiana de Asociaciones de Padres de Alumnos de Aragón (Fecapa), Pedro Martínez, lamentó que la Administración no haya mostrado «esa misma actitud de sensibilidad y respeto» en el caso del colegio Condes de Aragón, en el que la decisión del consejo -unánime, en este caso- de trasladar a los siete alumnos que a principios de octubre destrozaron el colegio, «fue enmendada por la Dirección Provincial de Educación», explicaron en un comunicado. La federación de padres se mostró de acuerdo con el hecho de que los consejos escolares tengan autonomía y, por ello, pidieron a la Dirección Provincial que «asuma a la disposición y las palabras» de Almunia.
Por su parte, la consejera aragonesa y responsable del área de Educación en el PSOE federal recordó que la planificación de los actos en el colegio es una potestad del consejo escolar (en el que participan profesores pero también padres) y que es éste quien asumió la decisión de no celebrar el festival navideño.
El humor de la consejera
Por último, y en tono muy coloquial ya que la mayoría de los que estaban en el acto eran militantes del PSOE, Almunia terminó su intervención felicitando la Navidad a los asistentes y deseando «que cantemos más villancicos, y si puede ser, que sean a Rudolph, que parece más laico». Esta referencia al reno de Papa Noel provocó el aplauso del auditorio.
Almunia estuvo acompañada en el acto por el candidato socialista a la Comunidad de Madrid, Rafael Simancas, quien prefirió no pronunciarse sobre este conflicto. Sin embargo, sí aprovechó la conferencia para contraponer lo mal que funciona el sistema educativo en Madrid en relación con otras Comunidades Autónomas, como Aragón.
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Se armó el belén
La suspensión de un festival de Navidad en el colegio público Hilarión Gimeno de Zaragoza ha generado una amplia polémica sobre el laicismo en los centros escolares y la falta de poder de los padres para tomar decisiones en aspectos que afectan a sus hijos.
P. CIRIA. Zaragoza | HERALDO
La Navidad ha dejado de ser un tiempo de paz y concordia en el colegio público Hilarión Gimeno de Zaragoza. La decisión por parte del consejo escolar -con la oposición de los padres- de invocar en un principio el laicismo y suspender el festival que tradicionalmente se celebraba en estas fechas ha revolucionado la vida de este centro del barrio del Arrabal. De un día para otro y sin esperarlo, ha pasado del anonimato a ocupar la primera plana de los periódicos e informativos durante toda la semana y se ha convertido en protagonista de una discusión pública que costará silenciar.
La polémica decisión caló con fuerza en la sociedad aragonesa y movilizó a padres (católicos y laicos), políticos e instituciones como El Justicia, que pidieron la recuperación del festival navideño y reivindicaron el derecho de las familias a opinar. Los ecos de la controversia resonaron incluso en Riga (Letonia), donde el presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, fue preguntado sobre el tema en el transcurso de la Cumbre de la OTAN. ¿Puede suspenderse un acto navideño en un colegio público invocando el laicismo? ¿Debe intervenir la Administración en estos casos? ¿Por qué los padres no tienen suficiente poder de decisión en los asuntos que afectan a sus hijos? El debate estaba abierto.
Los obispos no tardaron en contestar para tildar de «ridícula» la medida tomada por el Hilarión Gimeno y aprovecharon la ocasión para manifestar su preocupación por «el rechazo» a la presencia de los signos religiosos en centros públicos. Los partidos políticos tampoco desaprovecharon el tirón mediático y jugaron sus cartas: unos en apoyo a los profesores y en clara defensa del laicismo, y otros con duras críticas y la exigencia de responsabilidades a la consejera de Educación. El PP, de hecho, pidió que Eva Almunia dé explicaciones en el pleno de las Cortes de Aragón. Hace siete años que un consejero no comparece en ese escenario, comentaron desde el departamento de Educación.
Ante el aluvión de críticas, la dirección del colegio -que reconoció sentirse desbordada por la repercusión de la noticia- rompió su silencio y negó los hechos. «La Navidad se celebrará con normalidad», señalaron en un comunicado. «Se ha eliminado un acto porque había tantas y tan diversas razones como profesores en el claustro», añadieron. El festival continuaba suspendido, los motivos, poco definidos y los padres querían explicaciones. Entregaron al centro más de 200 firmas (el colegio tiene 400 alumnos) para solicitar que el próximo curso se reconsiderara la medida y en el patio del centro, en los corrillos de madres, no se hablaba de otra cosa. ¿Por qué se celebró una fiesta de Halloween y no la de Navidad? ¿Qué otros argumentos decía tener la dirección para suspender el festival? ¿Quién iba a explicarles lo que estaba sucediendo?
Y llegaron las explicaciones
La dirección optó por hablar claro. «Se nombró el laicismo, pero fue un motivo más. El festival no se hace por motivos pedagógicos. El esfuerzo y la pérdida de horas para prepararlo no compensan», argumentó el director, Pascual Madrona. éste convocó una asamblea para reunir a todas las familias: No habrá festival, pero se mantendrán las actividades navideñas que ya estaban programadas y que se harán en las clases (villancicos, decoración de las aulas…), les dijo en ella. La Asociación de Madres y Padres (AMPA) cerró filas y dio por zanjado el tema. Otros grupos sociales, sin embargo, consideraron que todavía queda mucho por hablar.
En esa discusión, el colegio Hilarión Gimeno contará con un apoyo de peso. La Administración se ha convertido en un potente escudo y la defensa a ultranza de la autonomía de los consejos escolares que tanto la consejera de Educación como el presidente autonómico han realizado durante toda la semana, su mejor baza. Ahora sólo queda esperar a que avance el mes de diciembre para ver si los niños del Hilarión cantan finalmente el villancico de los peces en el río o -como ironizó el viernes Eva Almunia para zanjar el asunto- les dedican sus cánticos al reno Rudolph, «que es mucho más laico».
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