Carmen Maestro. PRESIDENTA DEL CONSEJO ESCOLAR DEL ESTADO

Está convencida de que ¿la sociedad española nos demanda que lleguemos a acuerdos en los temas que son más importantes?. Se estrena en el cargo cuando están a punto de declararse las hostilidades con el desarrollo de la nueva Ley de Educación.
J.Nistal | Tiempo
—Qué le ha encargado el Gobierno al nombrarla presidenta del Consejo Escolar del Estado?
—Ahora mismo es un momento muy intenso, porque en mayo se aprobó la Ley de Educación y ahora vienen todos los decretos que la desarrollan. El encargo que tengo es que procure el entendimiento para que las nuevas normas sean sentidas por la comunidad educativa como propias.
—¿Y cómo lo va a hacer cuando se vive una guerra escolar?
—Esta ley, con gran pragmatismo, intenta solucionar los problemas que se habían detectado. La percepción de conflicto puede darse porque se ha introducido una asignatura como la de Ciudadanía y hay sectores que piensan que va a ser un adoctrinamiento por parte del Gobierno de turno. Yo creo que cuando se vea el desarrollo de las enseñanzas en un decreto, este recelo desaparecerá. Luego, hay otros temas que tradicionalmente enfrentan a varios sectores, como es la Religión o la enseñanza pública o privada. Pero yo creo que no hay graves conflictos.
—¿Cómo se pueden poner de acuerdo visiones tan antagónicas?
—Vengo con la ilusión de que lleguemos a acuerdos en los temas que son más importantes y que nos está demandando la sociedad. La Educación en España ha mejorado mucho, pero todavía queda por hacer, como proponer que se incremente el gasto público en Educación, o luchar para que no se instale la idea de que el esfuerzo no vale para nada, por culpa de los ejemplos de personas sin muchos estudios que llegan a conseguir éxito social o económico. Y eso no es así. Cada año de estudio es una inversión en un futuro salario y un futuro empleo. Hay que profundizar en lo que nos une y no utilizar la Educación como arma arrojadiza entre partidos.
—¿Esta es la razón por la que en España hay más conflictos en Educación que en otros países?
—Yo envidio muchísimo a países como los escandinavos, donde la sociedad no entendería que las fuerzas políticas no se pusieran de acuerdo en Educación. Creo que ese es el camino. No ir al pensamiento único, pero encontrar ese 80 ó 90% de puntos en común.
—¿Se puede? Aún se escuchan críticas a la ampliación de la educación obligatoria hasta los 16 años, por ejemplo.
—Ningún país europeo lo entendería. Lo que ocurre es que la educación hasta los 16 años no tiene éxito sólo porque aparezca en el BOE. Hay que tomar medidas. Para algunos países, estas medidas eran la repetición, sin más. Además, el peor momento para solucionar los problemas es el de la adolescencia. Por eso es vital detectar los problemas en Primaria, porque en ese momento, con refuerzos, con desdobles, con un apoyo específico, estoy segura de que se soluciona.
—¿En otros países no se repite curso?
—Sí, pero es la última solución. En Finlandia, por ejemplo, lo que plantean son ampliaciones de horarios, pero no esa espada de Damocles de la repetición.
—Pero no repetir tiene muy mala prensa en España y provoca una oposición muy fuerte de algunas organizaciones.
—Yo creo que no nos hemos explicado bien. Lo que decimos es que hay que detectar muy pronto los problemas y poner los medios para que no sea necesaria la repetición. No somos utópicos. Es la práctica habitual de la mayoría de los países de la OCDE. También ocurre que, en España, a partir del primer ciclo de Primaria, no se profundiza en la comprensión lectora, al contrario de otros países. Tenemos que hacer un esfuerzo tremendo. A veces, una de las razones que explican que en las evaluaciones internacionales los resultados no sean tan buenos como nosotros queremos es que los alumnos no están acostumbrados a leer reflexivamente, por ejemplo, el enunciado de los problemas.
—Los estudios internacionales señalan que invertimos menos en Educación que la media. ¿Cómo lo podemos arreglar?
—En cuanto a inversión, está claro. Según los informes de la OCDE, por debajo de un cierto nivel de inversión no hay buenos resultados. Tenemos que equiparar a España a la media de la Unión Europea y de la OCDE.Tenemos que conseguir alcanzar en torno al 5% del PIB.Y esta ley ha apostado por invertir más. Pero también quería destacar que a veces se dice que somos los peores en los resultados de los países y no, por favor, estamos en el pelotón intermedio. Claro que queremos estar con los mejores. Pero hace veinte años ni aparecíamos en la foto.
—Pero los estudios destacan que es casi más importante el papel de las familias.
—Los resultados están muy relacionados con el nivel cultural y económico de las familias. Sobre todo con el nivel cultural de la madre y las expectativas que se tienen sobre sus hijos, si le animan. Mi obsesión es señalar que los cambios son lentos. Y si la sociedad percibe una voz única del Consejo Escolar en determinados temas, como en que hay que invertir más, creo que contribuiremos a algo.
—¿Cómo se van a poner de acuerdo en conflictos como la asignatura de Educación para la Ciudadanía?
—Hablando e intentando entendernos. Yo creo que en este asunto va a ser más fácil. Porque en cuanto se vea el plan de estudios, esos miedos sobre que pudiera ser un adoctrinamiento político desaparecerán. En cuanto a la asignatura de Religión, en qué horario se da, si tendrá alternativa… no veo fácil que haya un acuerdo.
—¿Qué le parece el anuncio de plantear una objeción de conciencia?
—No creo que nadie haya querido decir que no va a acatar las normas. Cuando nos remitan los contenidos, opinaremos.
—La Iglesia Católica ha adelantado que se opondrá si se introducen asuntos como el matrimonio homosexual.
—En lo que tiene que ver de respeto, de convivencia, de que somos diversos pero iguales en ser merecedores de respeto, no creo que, como buenos ciudadanos demócratas que somos, pueda haber problema. Si lo hay, espero que se puedan trasladar las observaciones de algún consejero, pero que no se produzca crispación. Si nosotros no trasladamos la crispación, estos temas se perciben con una gran naturalidad.
—¿Se ha superado ya el debate sobre la confrontación entre la escuela pública y la privada?
—Esperemos que se supere, pero desde luego está presente. Pienso que todas las generalizaciones pueden no ser del todo ciertas. Una manera de salvar estos obstáculos, a veces irreconciliables, es decir que vamos a ver los problemas ahí donde se detecten, no por la titularidad de los centros, y proponer entonces medidas de mayor inversión o que favorezcan una mejora de los resultados.
—¿Hay más acoso escolar que antes?
—La sociedad cambia rápidamente y en los centros educativos convergen la mayoría de los problemas familiares, sociales y psicológicos que experimentan niños y jóvenes. Por tanto, es posible que se produzcan más problemas que en décadas anteriores. Pero, sobre todo, el sistema educativo es más transparente y el interés de los medios ante los casos que se producen es más palpable.
—¿Qué puede aportar aquí el Consejo Escolar?
—El Consejo elaborará un dictamen sobre el recién creado Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar y, además, ya se ha hecho eco de esta cuestión en varios informes. En todos ellos se recomienda el fomento de la convivencia en los centros, la potenciación del respeto y el diálogo en la resolución pacífica de los conflictos y no escatimar esfuerzos en la prevención de estas situaciones. Es necesaria la implicación de todos para erradicar actitudes violentas que, por desgracia, se hallan muy presentes en nuestra sociedad.