CEAPA y FAPAR lamentan que el Consejo Escolar dé la espalda al alumnado afectado por la brecha digital, EN SUS DECISIONES POR EL EFECTO DEL covid-19
MADRID, a 8 de abril de 2020. ¿Qué sucederá con el alumnado que no puede acceder a la educación a distancia? La pregunta ha vuelto a caer en saco roto en la última sesión del Consejo Escolar del Estado, donde se desestimaron propuestas de CEAPA como no avanzar materia mientras dure el cierre de las aulas, aprovechar este período para profundizar en el repaso de los aprendizajes básicos o que los contenidos telemáticos no sean evaluables ni entren en Selectividad para tratar de paliar la brecha digital que sufren miles de estudiantes y evitar, de paso, la sobrecarga de tareas actual.
La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) y FAPAR (Federación de Pdres y Alumn@s de Aragón), lamentan que el máximo órgano de representación de la comunidad educativa haya dado la espalda al alumnado afectado por la brecha digital sin poner sobre la mesa remedios para su situación. Por este motivo, el colectivo de AMPA pide soluciones para los estudiantes que se quedarán descolgados, quienes merecen “medidas valientes” y “respuestas por parte de la administración que garanticen la equidad y eviten que nadie se quede atrás”.
El movimiento de madres y padres, el de mayor representación de España, se muestra preocupado por que hayan prevalecido criterios estrictamente académicos frente al bienestar de los menores y sus familias, al optar por seguir avanzando en el currículo, “trasladando mayor presión a los hogares”, cuando hay soluciones como abordar el próximo curso de forma adaptada los contenidos que se queden fuera.
Para el colectivo resulta “contradictorio” que el Consejo Escolar apruebe que “en ningún caso la no realización de las tareas en casa servirá para perjudicar al alumnado que no ha podido realizarlas de forma adecuada”, a propuesta de CEAPA, pero en cambio dé luz verde a la evaluación de este contenido.
La Confederación solicita aclarar cómo se evitará que ningún estudiante pierda el curso por el coronavirus, como reiteran desde el Ministerio de Educación, si la recomendación del Consejo Escolar es que se siga dando materia y se evalúe.
“La imposibilidad de garantizar el derecho a la educación en igualdad de condiciones, debido a los diferentes accesos a las tareas telemáticas, diferencias socioeconómicas, personales o socioculturales hacen necesario tomar medidas excepcionales que den respuesta a la dura realidad que sufren muchos menores y sus familias estos días. Más allá del confinamiento, que también, o de la dificultad para conciliar teletrabajo con el cole en casa hay que tener en cuenta que muchos hogares han sido golpeados por el paro y lo que es peor aún, por esta terrible pandemia. Numerosos niños, niñas y adolescentes tienen que convivir con familiares contagiados o sufren la pérdida de sus seres queridos. En estas circunstancias, lo último deseable es añadir preocupaciones ligadas a los estudios”, subraya la presidenta de CEAPA, Leticia Cardenal, para la que resulta paradójico que “continuamente se defienda la idoneidad de caminar hacia la evaluación continua y al final el Consejo Escolar se desmarque y opte por una examinación pura y dura”.
Hay que tener en cuenta que estas complejas circunstancias no son las idóneas para estimular el aprendizaje, sobre todo si se carece en casa de nivel sociocultural, tiempo o medios para atender las necesidades educativas de los menores. “Es necesario anteponer la salud mental de la población infantil y adolescente”, resalta CEAPA, que valora en este caso que el Consejo Escolar sí haya estimado su propuesta de habilitar desde los centros, en coordinación con los departamentos de orientación, un programa específico para la atención emocional del alumnado, proporcionando instrucciones básicas para sobrellevar esta situación de aislamiento.
En estas circunstancias y ante el contenido aprobado por el Consejo Escolar del Estado, CEAPA emplaza a la ministra de Educación, Isabel Celaá, a pronunciarse sobre estas cuestiones de calado “porque las familias no podrían aceptar que finalmente se tomaran decisiones que pudieran vulnerar los derechos de los estudiantes. Enseñar y evaluar en una situación de desigualdad como la actual atacaría el derecho a la educación de una gran parte del alumnado. Y sería, sencillamente, inaceptable», concluye el colectivo.