Cienvia Viva acerca con títeres la figura de Ramón y Cajal a los niños aragoneses

Rosa Castro. 1/5/2009
(En la imagen, 'Santiago niño', junto a su padre, con huesos del cementerio de Ayerbe, para investigarlos)
La figura del científico aragonés más universal: Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1906, se está convirtiendo en familiar para los miles de niños aragoneses que asisten desde el 15 de abril al 21 de mayo a las representaciones de “Santiago, el rey de los nervios”, representada por la compañía de Títeres de la Tía Elena, dirigida por Helena Millán.
Esta obra está programada para llegar a 1.388 niños de colegios de Zaragoza, Ejea de los Caballeros, Calatayud y Alcañiz, que se acercarán así de una forma lúdica al científico español con más renombre. Se emocionarán y se reirán. Conocerán la pasión de “Santiago” cuando es niño por observar los fenómenos naturales y la vida de los animales; por pintar y recoger los dibujos que observaba, por su rebeldía ante una escuela retrógrada o la difícil relación con un padre exigente, hasta llegar a forjarse como un adulto volcado a la profesión científica. (En la imagen, 'Don Santiago' conversa con Miguel Carreras)
Esta iniciativa pionera de unir teatro y ciencia ha sido impulsada por Miguel Carreras, director de Ciencia Viva, programa de divulgación científica perteneciente al Gobierno de Aragón y la CAI, que lleva 18 años divulgando la Ciencia entre alumnos de Bachillerato y Secundaria de institutos aragoneses ubicados tanto en las capitales de provincia como en el medio rural. Desde 2005 este programa se ha implantado en Primaria, a través de actividades interactivas y talleres lúdico-científicos, fue así cómo “vimos que el teatro podía ser una herramienta para hacer atractiva la ciencia y los títeres son el medio más adecuado”, explica Carreras, concretando que el paso siguiente fue contactar con el profesor y coordinador de esta especialidad en Aragón, Adolfo Ayuso y con la compañía Títeres de la Tía Elena dirigida por Helena Millán, con una larga y exigente trayectoria artística, que fue quien propuso centrarse en la vida de Cajal, por su carácter universal y porque en sus memorias de infancia y juventud se detalla todo el proceso vital “que le llevó a convertirse en un hombre entregado a la ciencia y a su extensión entre los jóvenes españoles a través de su papel en la dirección de la Junta de Ampliación de Estudios”, explica Ayuso, que asegura que se recogen escenas de la niñez y juventud de Santiago, “sin olvidar que nos encontramos ante una obra teatral que debe reunir también el placer estético, el sensorial y el intelectual. Que atesore capacidad de emocionar y de reír. Las anécdotas que nos cuenta Cajal en sus memorias son muy divertidas”, apunta.
Junto a esta obra de títeres sobre la figura de este científico, desde el programa Ciencia Viva se ha elaborado además una unidad didáctica comprensible para los estudiantes de 6-8 años a quienes va dirigida, Y se espera que tras el “periplo por tierras aragonesas, la compañía pueda organizar una gira por España”, apunta Miguel Carreras.
Esta obra ha sido tan bien acogida por los niños debido a un guión muy cuidado de la figura inquieta de un Santiago Ramón y Cajal desde niño a adulto, dando muestra de su carácter polifacético, con rebeldías y travesuras de adolescente, y una curiosidad e ilusión permanentes por conocer y dar respuesta a las respuestas que puedan ir sobrevolando a una mente siempre en movimiento, “con el método científico siempre en la escena en todo momento”, concreta Miguel Carreras. Y todo ello ha sido posible gracias a un equipo de producción de gran altura profesional, con textos de Ayuso, dirección y escenografía del pintor Ignacio Fortún, composición musical de Victor Rebullida, diseño gráfico de Fernando Lasheras e iluminación de Alfredo Millán.
Junto a la imagen de un “Santiago niño', esta obra se acompaña de un personaje que representará a “Cajal mayor” siempre junto a su microscopio pero mirando más allá. Tal como comenta Adolfo Ayuso, para quien esta representación tiene un mensaje claro: la importancia de mirar y ver. “Hay quien mira y no ve nada. No porque no esté allí, sino porque mira sin la paciencia suficiente para encontrar”. “El “Cajal mayor”, sirve de narrador entre las diversas escenas que protagoniza el personaje de “Cajal niño” en su casa, en la escuela, en el campo y en el cementerio de Ayerbe, donde acudirá con su padre a buscar huesos con los que perfeccionar sus conocimientos anatómicos”, asegura este responsable.
La experimentación está presente a lo largo de toda la representación “Santiago, el rey de los nervios” tanto en el guión como en la producción. “Los títeres no responden a un esquema clásico de manipulación: guante, varilla o hilos”, apunta Ayuso, remarcando cómo Helena Millán ha logrado un nuevo sistema de manipulación mixto entre varilla e hilos, que junto a su habitual perfección en el tallado de las figuras, ha logrado una capacidad excepcional de movimiento y expresividad.
El Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, los ayuntamientos de Ejea de los Caballeros, Calatayud y Alcañiz, y la Obra social de Caja Inmaculada son las entidades que han hecho posible que la vida y los sueños materializados de Santiago Ramón y Cajal sean conocidos por los pequeños aragoneses.