Diez idiomas al otro lado del auricular
Bajo la penetrante mirada de Joaquín Costa (retratado en un cuadro), el director del colegio zaragozano al que da nombre, Francisco Gago, y Xiu Hua, la madre de una niña china de 7 años que por primera vez acude al centro, conversan a través de auriculares. Al otro lado del receptor telefónico un intérprete facilita que se comuniquen entre ellos y que Xiu Hua comprenda perfectamente cómo inscribir a su hija en las clases de español en horario extra escolar.
Francisco Gago habla gracias al intérprete con Xiu Hua sobre su hija de siete años.
JOSé MIGUEL MARCO.
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«Nos pareció que el teléfono era un medio más rápido y eficaz», afirma la directora general de Política Educativa del Ejecutivo autónomo, Carmen Martínez. La DGA contrató con la empresa Interpret Phone el servicio para diez idiomas: chino, árabe, polaco, inglés, búlgaro, rumano, ruso, francés, portugués y ucraniano.
Aunque su utilización no es, ni mucho menos masiva, hay que poner sobre la mesa su rentabilidad social. «Esperábamos quizás una avalancha de llamadas – reconoce Carmen Martínez-, pero la realidad nos ha demostrado que no se ha producido ningún bum y que muchos establecimientos de enseñanza han establecido sus propios cauces de comunicación con los recién llegados a través de los tutores de acogida, los profesores de español y los niños de la misma cultura». De hecho, el chino, la lengua más demandada a través de este sistema, sumó el año pasado seis horas y media de comunicación en total. Muy por encima del árabe, que acumuló tres horas y media de una útil charla.
Francisco Gago se confiesa un defensor de esta interpretación telefónica que se adapta a las necesidades de un colegio y a la disponibilidad de tiempo de las familias.
El centro Joaquín Costa cuenta con 450 alumnos, de los que alrededor de un 30% son inmigrantes y de ellos un 20% hispanohablantes. Las doce familias que han llegado a Zaragoza a lo largo del verano, y que no entienden bien el español, se convertirán en los principales usuarios de esta fórmula de comunicación. Este curso ya lo han utilizado en cinco ocasiones, en una de ellas para una tutoría y en otras cuatro para obtener los datos de una familia que quería matricular a sus hijos e informar sobre las clases de español. El intérprete está al otro lado del receptor desde las nueve de la mañana a las nueve de la noche para entablar una conversación a tres bandas.
«Yo creo que es un servicio eficaz, no sé si rentable económicamente, pero debe seguir y si acaso ampliarse», opina Francisco Gago. Su propuesta pasa por incluir en el mismo la posibilidad de traducción escrita inmediata, sobre todo cuando se trate de notas informativas que hay que hacer llegar urgentemente a los padres.
El director del Joaquín Costa sí que reprocha a Educación que el profesor para inmersión lingüística que se ha asignado a la escuela sea solo a media jornada y para los alumnos de 5º y 6º de Primaria. «Es demasiado restrictivo, este recurso habría que ampliarlo a los chavales de 3º y 4º», opina.
Para la directora general de Política Educativa, los retos de futuro en la inmigración pasan por emprender acciones «en la interculturalidad» dirigidas a esa segunda generación de inmigrantes nacida en España. «Hay que fomentar que conozcan su cultura de origen como la de acogida -comenta-, y no pierdan, en la medida de lo posible, el idioma de sus padres».