El 6 % de los docentes aragoneses ha sido agredido y el 44 % se siente desmotivado
Un informe de CSI-CSIF revela que la Comunidad registra una de las tasas más bajas de conflictividad escolar. El sindicato exige que se refuerce la autoridad de los profesoreS.
PATRICIA CIRIA. Zaragoza | HERALDO
La violencia en las aulas aragonesas existe, pero en menor proporción que en el resto del país. Un informe elaborado por el sindicato CSI-CSIF revela que el 6 % de los docentes de la Comunidad ha sido agredido físicamente durante el desempeño de sus labores y un 29 % reconoce haber sufrido amenazas. La media nacional, sin embargo, se sitúa en un 13 y un 45 % respectivamente. El estudio -realizado con una muestra de 864 profesores de Primaria y Secundaria- señala también que casi nueve de cada diez docentes (87 %) se ha sentido menospreciado y ha vivido situaciones en las que el alumno le ha faltado al respeto.
Eliseo Moreno, presidente del sector de la Enseñanza de CSI-CSIF, indicó que, pese a que la situación en Aragón no es preocupante, hay que buscar soluciones para acabar con la violencia en las aulas. «Debemos erradicar estas situaciones y hacer un esfuerzo por detectar los conflictos de baja incidencia», explicó Moreno. Estos últimos problemas de convivencia -aquellos en los que no existe agresión física- son «muy dañinos para los profesionales, sobre todo a largo plazo», añadió. A juicio del sindicalista, en casos de desobediencia, menosprecio o falta de respeto, el profesor no tiene capacidad de defensa y se siente desprotegido.
Estos conflictos -según indica el informe- afectan a los docentes en su vida personal y laboral. De hecho, el 42 % de los profesores aragoneses aseguran que estos problemas les han influido, frente al 45 % registrado a nivel nacional. «Esto causa en los trabajadores descontento e, incluso depresiones», comentó Eliseo Moreno. Ejemplo de ello es el alto índice de desmotivación entre este colectivo, un 44 % afirma haber perdido la ilusión (en España, casi un 50 %). En contra de lo que se suele pensar, el mayor porcentaje de desmotivación se registra en Educación Primaria (53 % de los docentes de este nivel).
Implicación de las familias
El sindicalista apuntó que las bajas cifras de Aragón respecto a la media nacional pueden deberse a la mayor colaboración e implicación de las familias y los centros educativos, así como a las actuaciones de la Administración destinadas a la mejora de la convivencia en las aulas. Sin embargo -matizó- los datos «no nos permiten ser optimistas». En la Comunidad un 10 % de los maestros tiene miedo de entrar en clase, lugar en el que se producen el 84 % de los conflictos. «Con estos datos no pretendemos alarmar, sino que todos los miembros de la comunidad educativa y la Administración reflexionen sobre qué se puede hacer. No podemos estar satisfechos», insistió Moreno.
éste recordó que la nueva ley de Educación aragonesa es una gran oportunidad para tener esto en cuenta y adoptar programas que resuelvan los conflictos. Además, el 98 % de los profesores aragoneses considera que se está a tiempo de buscar soluciones para acabar con estas situaciones, al igual que el 95 % de los docentes españoles.
En el estudio, se propone como principal medida el refuerzo de la autoridad del profesor (algo que pide el 86 % del colectivo). «El estatuto del docente -cuyo trámite está paralizado- debe incluir una normativa que proteja al trabajador y que le capacite para dirigir su clase», afirmó el presidente del sector de la Enseñanza de CSI-CSIF. éste consideró que existen demasiadas reticencias de la Administración a la hora de dar más autoridad a los profesores y que «ni siquiera se permite coger a un niño del brazo para sacarlo de clase». En el caso de que esto ocurra, el alumno puede acusar al maestro de haber ejercido violencia sobre él. «No pedimos que se pueda pegar a los estudiantes. Ni mucho menos. Simplemente que se le dé la capacidad que necesita para desempeñar su trabajo», añadió.
Desde CSI-CSIF consideraron que se debe trabajar para que la educación vuelva a tener el prestigio y reconocimiento que tenía en otras épocas y que se tiene que hacer un esfuerzo para concienciar a la sociedad de que la enseñanza es uno de sus principales motores. Como ejemplo, señalaron el caso de Finlandia, país que se encuentra a la cabeza en todos los estudios internacionales de evaluación de la calidad de la educación, y donde se respeta a los docentes. «Allí, tiene la misma consideración agredir a un profesor que a un policía», aseguró Moreno. éste exigió, en este sentido, que una agresión a un profesor tenga la misma consideración que una falta similar hacia «el resto de las autoridades del Estado». «Si atacan a un maestro, deberían tener que realizar trabajos sociales para compensar esa falta de respeto», sostuvieron desde CSI-CSIF.
Demasiado permisivos
En el informe también se recuerda que la implicación de las familias resulta esencial. «A muchos pequeños el primer ‘no’ se lo dicen en el colegio. Las concesiones permanentes de los padres crean niños permanentemente insatisfechos y es difícil luchar contra esto. Hay que entender que negar es sano y educativo», argumentó Moreno. éste recordó también que las escuelas y los institutos no pueden sustituir a la familia -primer referente educador de los niños- y pidió responsabilidad a los padres a la hora de educar a sus hijos y en el trato con los docentes que les dan clase.