«El papel de la educación y la formación en la nueva economía europea»

El ministro de Educación, Ángel Gabilondo clausuró la conferencia Jean Monnet «El papel de la educación y la formación en la nueva economía europea», organizada en Madrid por el Ministerio de Educación y la Comisión Europea.
En el acto ha participado la directora general de Educación y Cultura de la Comisión Europea, Odile Quintin.
Los debates han reunido en Madrid a expertos de la Unión Europea y la enseñanza, rectores, catedráticos como Jean Monnet y directores generales de la administración pública. Su objetivo principal es mostrar e impulsar las vías por las que la educación y la formación pueden convertirse en herramientas para el logro de un sistema social y económico más inclusivo, innovador y sostenible.
Conferencia Jean Monnnet: «El papel de educación y la formación en la nueva economía europea»
Conclusiones principales
El punto de partida para responder a esta pregunta está seguramente en el reconocimiento de que los recursos humanos son el principal activo de la Unión Europea. La inversión en educación y formación es un factor crucial para el desarrollo de la competitividad, el crecimiento sostenible y las estrategias de empleo y por lo tanto, un requisito previo para el cumplimiento de los objetivos económicos y sociales establecidos en el Tratado de Lisboa de la Unión Europea. Por esta razón, la educación y formación deben ocupar un lugar destacado entre las prioridades nacionales. La educación y formación deben ser los elementos clave para el establecimiento y el desarrollo de un nuevo modelo económico sostenible, basado en el conocimiento y socialmente responsable. La educación, si es accesible a todos los ciudadanos, es la mejor política social posible. Esto es así porque brinda, de manera especial, la mejor forma de perseguir una recuperación económica sostenible a la vez que se preserva la cohesión social en tiempos de recesión económica.
La educación y la formación no deberían ser consideradas sólo como impulsores fundamentales para la recuperación de la economía, sino también como elementos constitutivos y coherentes para preparar el futuro y responder a los desafíos globales, que incluyen el reconocimiento de nuestra gran diversidad y valores democráticos compartidos. Por lo tanto, el fortalecimiento de la inversión en educación y formación en el ámbito europeo podría ser un esfuerzo que merece la pena considerar.
La primera prioridad es la mejora de la educación y la formación en Europa a través del desarrollo del Marco estratégico de cooperación europea. Impulsar la educación es la forma más eficaz de luchar contra la desigualdad y la pobreza. La prevención del abandono escolar temprano reduce el riesgo futuro de exclusión del mercado laboral. Una mayor atención a los grupos vulnerables, igualdad entre los géneros y cohesión social son necesarias para garantizar que nadie quede excluido del acceso al conocimiento.
Los desafíos estratégicos relacionados con esta prioridad serían:
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El aprendizaje permanente y la movilidad. El aprendizaje permanente es un elemento esencial para garantizar una transición entre puestos de trabajo y ocupaciones y evitar el desempleo de larga duración que conduce a la pérdida de capital humano.
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La calidad y la eficiencia. Esto incluye la inversión en educación de alta calidad, en investigación y desarrollo, tecnología, innovación, modernización de las estructuras existentes y desarrollo de las capacidades.
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La ciudadanía activa y la equidad. La dimensión social, la equidad, la cohesión social y la ciudadanía activa son decisivos para la legitimidad social de Europa.
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La creatividad y la Innovación. El conocimiento es el motor para el crecimiento sostenible. Europa necesita proporcionar un entorno más favorable para la innovación y la creatividad.
La segunda prioridad es la necesidad de potenciar la mejora de los vínculos entre las instituciones de educación superior y el mundo del trabajo (interlocutores sociales y económicos). La misión de la educación superior es la generación de conocimiento y la investigación, pero también debe velar para que la sociedad reciba los beneficios de estas actividades.
Europa cuenta con algunas de las mejores universidades del mundo. El desarrollo del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) constituye el nuevo marco para la construcción del Espacio Europeo del Conocimiento. La internacionalización de las instituciones de educación superior es una parte esencial del EEES que contribuye a mejorar la diversidad, la movilidad y la calidad. Un Espacio Europeo de Investigación eficiente, eficaz, y bien provisto de recursos es un factor indispensable de la estrategia UE 2020. Europa debe redoblar sus esfuerzos de investigación unificando sus recursos, desarrollando conjuntamente infraestructuras esenciales para la investigación en toda la Unión Europea y elevando la calidad de la investigación a los niveles de los mejores estándares internacionales. La sociedad, en su conjunto, se beneficiará de la circulación del conocimiento y la tecnología.
Para asegurar la puesta en práctica de los objetivos comunes, será importante promover una mayor inversión, más eficiente y bien concretada tanto a nivel nacional, como a través de los instrumentos del financiación de la UE, particularmente la del Programa de Formación Permanente 2007-2013 y de su sucesor, así como la del Fondo Social Europeo. A este respecto, sería acertado poner un énfasis especial en la promoción de movilidad en el aprendizaje y en la libre circulación de las personas y del conocimiento como parte del proyecto de un área europea del conocimiento.
Sobre el papel de la Unión Europea
Mientras que las competencias en educación y formación siguen perteneciendo al ámbito nacional, la cooperación a nivel europeo ha experimentado considerables progresos durante la última década, sobre todo en lo que respecta a la identificación y la forma de afrontar los desafíos comunes y en el desarrollo del intercambio de experiencias y de buenas prácticas. Las áreas específicas de progreso incluyen la continuidad en la promoción la adquisición de las competencias clave para todos y un incremento de la cooperación entre las instituciones educativas y el mundo de la empresa, pero sobre todo necesitamos enfatizar la necesidad de continuar con el nuevo Marco Estratégico para la Cooperación Europea en Educación y Formación adoptado en 2009 , y particularmente sus cuatro objetivos estratégicos.
Con el fin de ofrecer excelencia para todos, el modelo educativo de la Unión Europea no puede basarse únicamente en una mera competición. La fuerza de Europa reside en la cooperación entre los Estados miembros y entre los sectores público y privado.