ESCUELA SIN CATEQUESIS

JUAN JOSé Tamayo
Director de la Cátedra de Teología de la Universidad Carlos III
| 11/6/2005 de El Periódico
La enseñanza de Religión en la escuela está siendo uno de los temas más polémicos de la ley orgánica de educación: en el Congreso, donde cuenta con la oposición de CIU y el PP; en la calle, a través de la manifestación convocada por la Confederación Católica de Padres de Alumnos (Concapa), apoyada por la escuela concertada en su mayoría y bendecida por la Conferencia Episcopal; y en los púlpitos de Madrid, a través de la lectura de una carta enviada por el arzobispo Rouco.
La pregunta es: ¿estudio de las religiones en la escuela? La respuesta no puede ser otra que sí y para todos. Su ausencia privaría a los estudiantes del conocimiento de una parte de la historia de la humanidad, la historia de las religiones, inseparable de la historia de la cultura. Pero, ¿cómo? No de manera catequética u homilética. Para eso están las instituciones religiosas y las familias que deseen educar a sus hijos en una determinada fe. Ha de ser, como en el resto de las disciplinas, una enseñanza no confesional, crítica e interdisciplinar, con especial acento en la antropología, la historia y la sociología de las religiones, sin descuidar la filosofía y la fenomenología de la religión, impartida por especialistas en estas materias, y no educadores en la fe nombrados por las autoridades religiosas.
¿Dónde radica la dificultad para aplicar esta fórmula? En los acuerdos con la Santa Sede y con las comunidades islámicas, judías y evangélicas, que establecen la oferta obligatoria de religión confesional para los alumnos que lo soliciten. La solución estaría en la revisión de los acuerdos. Mientras tanto, la fórmula más adecuada es la Religión como opción voluntaria, no evaluable y sin alternativa.