España Suspende en innovación

La cultura de los jóvenes españoles no es la más apropiada para una economía innovadora y competitiva.
La Fundación Cotec para la Innovación Tecnológica alerta en un informe sobre el bajo nivel cultural de los jóvenes españoles, ¿un importante obstáculo¿ para afrontar el desafío de ¿mejorar la situación económica¿.
La cultura innovadora de los jóvenes españoles, junto con Italia, Grecia y Portugal, está a la cola de la UE en "el cultivo de la inteligencia". Esta es una de las principales conclusiones recogidas en un informe presentado esta semana por la Fundación Cotec para la Innovación Tecnológica.
El estudio ‘La cultura de la innovación de los jóvenes españoles en el marco europeo’, que ha relacionado un total de 57 indicadores culturales con la capacidad de innovación de los países de la Europa de los 15 aplicados a la población joven de entre 15 a 29 años, concluye que las mayores tasas de innovación se dan en los países nórdicos, donde se observa un mayor síndrome cultural caracterizado por el cultivo de la inteligencia, incluyendo la dimensión artística.
Asimismo, establece que España, como el resto de los países mediterráneos, presenta todavía tasas bajas de innovación, en parte, debido al escaso desarrollo de los rasgos culturales citados, que abarcan, entre otros, la confianza en uno mismo, la ecuanimidad en el trato con los demás, una reducida aversión al riesgo y una corta distancia entre la ciudadanía y las élites políticas y económicas.
Por otro lado, afirma que la cultura de los jóvenes españoles no es "la más apropiada" para una economía innovadora y competitiva. Así, destaca que después de treinta años de economía de mercado, de vida democrática y de expansión del sistema de enseñanza, no ha mejorado sustancialmente la "cultura de innovación de los españoles". Además, señala que hay que poner atención en el sistema de enseñanza y en la amplitud de horizontes vitales.
En la presentación del informe, el presidente de Analistas Socio-Políticos y director del estudio, Víctor Pérez-Díaz, destacó como "fundamental" la formación profesional de calidad, ya que la innovación surge del trabajo conjunto entre "el gran descubridor científico y gente con oficio que conoce de cerca la maquinaria". Por otro lado, valoró que en España el problema de la financiación en la innovación es que "no se piensa a largo plazo y no hay amplitud de horizontes".
Sistema educativo mejorable
Por su parte, el presidente de la Fundación Cotec, José Ángel Sánchez Asiaín, advirtió de que a los jóvenes españoles no se les han inculcado los beneficios de una sociedad innovadora y señaló que el estudio "no arroja resultados optimistas". En ese sentido, destacó que "la situación de la sociedad, y concretamente de la educación, ha ido empeorando". Por ello, insistió en la necesidad del uso del conocimiento para crear riqueza. Sánchez Asiaín recordó los retos que se plantean en Cotec: mejorar el sistema educativo y lograr que la sociedad aprecie lo que los empresarios aportan al país al asumir los riesgos de la innovación.
El informe aconseja, pues, "enderezar el rumbo", pero con "urgencia y contundencia", según el presidente de Cotec, para quien la incidencia de esta situación "en la baja competitividad de la economía española es la consecuencia -dijo- de haber dedicado, a lo largo de muchos y muchos años, escasos esfuerzos a mejorar la calidad de nuestro sistema educativo". También aprovechó para dejar bien claro que "nuestro modelo económico", que "aprovechaba la fácil financiación para nutrir sectores generadores de mucho empleo, pero poco cualificado, y en consecuencia de escaso valor añadido, es ya insostenible".
Informe Cotec Cultura Innovación Jóvenes(2.92 MB)
Resumen:
La cultura de los jóvenes españoles no es la más apropiada para una economía innovadora y competitiva
05-10-2010 – Entre los diez retos de la competitividad española que Cotec presentó recientemente, el primero y más importante se refería a la necesidad de mejorar el sistema educativo, de forma que todos los niveles formativos consigan no sólo que los alumnos adquieran conocimientos, sino también que se capaciten para aprovecharlos, aprendan a valorar su utilidad y sepan aplicarlos de forma participativa.
Fruto de esa preocupación, Cotec acaba de publicar un informe sobre “La cultura de la innovación de los jóvenes españoles en el marco europeo”, que ha sido elaborado por el Profesor Víctor Pérez-Díaz, Doctor en Sociología por la Universidad de Harvard y Presidente de Analistas Socio-Políticos, y por el Profesor Juan Carlos Rodríguez, Investigador de Analistas Socio-Políticos.
Primera investigación sobre los condicionantes culturales de la innovación en España
El informe es el resultado de la primera investigación que se realiza en nuestro país centrada en estudiar los condicionantes culturales de la innovación tecnológica en España, y está basada en un completo análisis de esos factores culturales a partir de una amplia variedad de indicadores obtenidos de encuestas internacionales y aplicados a la población joven, de 15 a 29 años, de España y del resto de los países de la Unión Europea de los 15.
Las principales conclusiones del informe son dos. La primera se refiere a que las mayores tasas de innovación, medidas en patentes por millón de habitantes, se dan en los países en los que más se observa un síndrome cultural caracterizado por el cultivo de la inteligencia, incluyendo la dimensión artística, la confianza en uno mismo y la ecuanimidad en el trato con los demás, una reducida aversión al riesgo, la confianza generalizada en los demás, una corta distancia entre la ciudadanía y las élites políticas y económicas, y una gran amplitud de horizontes vitales.
Así, se observan relaciones positivas y sustantivas entre la capacidad de innovación de los países y varios indicadores tales como los resultados en los tests internacionales de Matemáticas, el esfuerzo en el estudio, la lectura de libros y el menor consumo de televisión, y especialmente con la práctica habitual de actividades artísticas. También se observa esa relación con la emancipación más temprana del hogar familiar, la menor aversión al riesgo, y un conjunto de actitudes que apuntan a una mayor confianza de los jóvenes en sí mismos y en los demás, con un mayor nivel de asociacionismo, y con la menor alienación política o distancia del poder político. Por último, la capacidad de innovación correlaciona positivamente con indicadores de mayor amplitud del horizonte vital, como la menor fuerza de la identidad local o el mayor contacto con el exterior, por ejemplo, a través del conocimiento de idiomas o de viajes o estancias en el extranjero.
La segunda conclusión apunta a que España presenta todavía tasas bajas de innovación, y ello puede deberse, en parte, al escaso desarrollo de ese tipo de rasgos culturales, algo en lo que se ve acompañada por otros países de la Europa mediterránea, y que les separa del resto de países de la UE-15, especialmente de los del norte de Europa.
El hallazgo de ese síndrome cultural abre una nueva vía para el entendimiento de los sistemas nacionales de innovación y plantea nuevos retos para su mejora. Por una parte, no basta con dotarse de los recursos económicos y las instituciones adecuadas, sino que es necesario preocuparse por la calidad de esas instituciones y la cultura subyacente. De hecho, a pesar de los últimos treinta años de economía de mercado, de vida democrática y de expansión del sistema de enseñanza no parece haber mejorado sustancialmente la cultura de la innovación de los españoles.
Por otra parte, tanto en el estudio de la investigación y la innovación como en las propuestas de reforma de las mismas, hay que centrar la atención en los procesos de socialización a través de los cuales se adquieren las virtudes morales adecuadas, es decir, en la vida familiar y el sistema de enseñanza, pero también en los medios de comunicación y en otras instancias culturales, así como en la conducta de los líderes políticos y económicos.
El informe relaciona 57 indicadores culturales con la tasa de patentes triádicas por millón de habitantes en la UE-15
El informe de Cotec relaciona un total de 57 indicadores culturales con la tasa de patentes triádicas por millón de habitantes en la Europa de los 15. Estos indicadores pueden agruparse como indicios de la extensión en una sociedad de las virtudes morales clásicas, esto es, la prudencia o inteligencia, la fortaleza, la templanza y la justicia, a las que habría que añadir la amplitud de horizontes vitales. Algunos de los más relevantes se recogen a título de ejemplo en el siguiente cuadro:
Además, gracias a una técnica estadística de resumen de la información (el análisis factorial) pueden sintetizarse los indicadores en un único factor cultural común a todos ellos, que establece una gradación bastante clara entre los países europeos: los países nórdicos presentan puntuaciones altas; los países mediterráneos (España, Grecia, Italia y Portugal), bajas; y en el medio se encuentran algunos de los países centrales de Europa Occidental (como Francia o Alemania).
En el gráfico siguiente se observa la relación entre las puntuaciones de cada país en ese factor y su tasa de patentes triádicas en los países de la UE-15, comprobándose cómo a medida que se da más la cultura resumida por esa puntuación, la capacidad de innovación es mayor:
Más Info: http://www.cotec.es/