España ha mejorado su educación muy rápido, pero aún está retrasada
ENTREVISTA: ANDREAS SCHLEICHER Responsable del Informe PISA de la OCDE
EL PAÍS / J. A. A. – Madrid – 03/12/2007
El físico alemán, director de los tres estudios que han sacudido la educación de muchos países al compararlos entre sí, admite los progresos de España en sólo dos generaciones, pero asegura que necesita mejorar mucho más.
Comenzaron 30 países en 2000 a comparar lo que sabían sus alumnos de 15 años. El maremoto llegó al año siguiente con los resultados del primer Informe PISA de la OCDE. Desde entonces, el enorme interés despertado (en 2006 han participado 57 países) y la influencia que tiene en la opinión pública y en los gobiernos no ha dejado de crecer. España es uno de los países que se agita irremediablemente con cada nueva sacudida, ya que sus mediocres resultados están muy lejos de lo que la sociedad espera. Andreas Schleicher (Hamburgo, Alemania, 1964), responsable de PISA, prefiere no hablar mucho de los resultados de la prueba de 2006, que se presentan mañana, pero avanza algunas conclusiones sobre España.
«El español es uno de los sistemas más dinámicos de Europa» «Los resultados de hoy no se pueden valorar sólo con criterios del pasado»
Pregunta. ¿Qué opina del sistema educativo español?
Respuesta. Es incuestionable que los alumnos españoles quedan muy retrasados respecto a los países con mejores resultados de la OCDE, que marcan la calidad que se puede alcanzar. Por otro lado, España es un país que ha mejorado su educación muy rápidamente. Si miramos el porcentaje de personas que han logrado la enseñanza obligatoria, o el porcentaje de los que han conseguido titulaciones superiores, podemos ver que en las últimas dos generaciones los logros educativos en España han mejorado mucho más rápido que la media de la OCDE.
Hay gente que cree que si hay más población cualificada es porque la exigencia ha tenido que bajar, pero eso no suele estar basado en la evidencia. Las competencias que ayudarán al progreso de nuestros hijos en el mundo de mañana son diferentes de las que nos ayudaron a nosotros o a nuestros padres y por eso no podemos valorar los resultados educativos de hoy sólo con criterios del pasado.
P. ¿Y cuáles son los nuevos criterios?
R. Por ejemplo, la anterior generación sabía muy bien cómo reproducir hechos científicos, pero lo que cuenta hoy es si los alumnos pueden aplicar los conocimientos adquiridos en nuevos escenarios, si tienen la motivación y la capacidad para crear nuevos conocimientos, para explicar fenómenos científicos y dibujar conclusiones basadas en evidencias. También necesitarán estar atentos a cómo la ciencia y la tecnología configuran nuestro entorno material, intelectual y cultural. Los resultados de PISA 2006 sugieren que España tendrá que seguir avanzando para conseguir todo esto, pero veo el suyo como unos de los sistemas más dinámicos y ambiciosos de Europa.
P. ¿El informe PISA ha cambiado el modo en que los gobiernos encaran la educación?
R. En muchos países ha marcado una gran diferencia. Han usado PISA para estudiarse a sí mismos a la luz de lo que consiguen otros países, para identificar sus fortalezas y debilidades, optimizar sus sistemas y, quizá más allá, revisar algunos de sus paradigmas anteriores. PISA ha demostrado que la calidad y la equidad son posibles y que los sistemas más exitosos trabajan con notables diferencias respecto al modelo tradicional de escuela, convirtiéndola en una preocupación de sociedad y gobiernos, pasando del mero control de los recursos y los contenidos a poner el foco en los resultados, de un sistema uniforme a atender la diversidad y a la enseñanza individualizada, de hablar de la equidad a hacerla posible.
P. ¿Cree que hay algunos malentendidos con PISA?
R. Definitivamente. Por ejemplo, algunas personas -y algunos gobiernos también- están limitando su uso a hacer un ranking de países o para señalar fallos y problemas. Pero el verdadero valor de PISA es que nos muestra que hay soluciones incluso para los mayores retos educativos, no sólo en otros países, sino a veces doblando la esquina, en nuestro propio país, de maneras que nunca habíamos imaginado.
P. ¿Qué nos enseña PISA?
R. Quizá lo más importante es que resultados muy buenos en las competencias clave son posibles. Tanto en Asia (Japón o Corea), como en Europa (Finlandia) o Norteamérica (Canadá), muchos países muestran extraordinarios resultados globales, pero, igualmente importante, que los pobres resultados escolares no son consecuencia irremediable de la procedencia socioeconómica. Por último, pero no menos importante, algunos países han demostrado que el éxito se puede convertir en un resultado consciente y predecible del sistema: En Finlandia, las diferencias de resultados entre las distintas escuelas son del 5%, con lo que los padres pueden confiar en cualquier colegio que elijan.
Por supuesto, PISA por sí sola no puede identificar las relaciones entre causa y efecto, pero sí puede ayudar a identificar algunas claves comunes de los países con mejores resultados.