Fapar critica la desaparición del Programa de Gratuidad de libros de Texto
VALORACIÓN DE DE FAPAR DE LA ORDEN POR LA QUE SE CONVOCAN AYUDAS PARA LA ADQUISICIÓN DE MATERIAL CURRICULAR PARA EL ALUMNADO ESCOLARIZADO EN CENTROS SOSTENIDOS CON FONDOS PÚBLICOS DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE ARAGÓN PARA EL CURSO 2012/2013
La Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (FAPAR) considera un retroceso importante en la educación de nuestra Comunidad la desaparición del Programa de Gratuidad de libros de Texto, que través del préstamo se venía desarrollando desde hace años en todos los centros sostenidos con fondos públicos de Aragón, pues entendemos que, entre otras razones, así se contribuía a cumplir el mandato constitucional que declara que la enseñanza obligatoria ha de ser gratuita. Es sabida, conocida y sufrida la actual situación económica que vivimos, pero nos parece que no debe emplearse como excusa para eliminar este programa. Pese a que en el grupo de trabajo que se realizó el 27 de octubre, desde el Departamento de Educación se anunció la modificación del mencionado Programa, aludiendo directamente a la PNL presentada en Las Cortes en la anterior legislatura por Izquierda Unida y apoyada por varios partidos políticos más, nos sorprende desagradablemente que el Programa desaparezca y que, al menos, no se respeten los umbrales de renta sugeridos en la misma y se plantee el IPREM, excesivamente bajo, que dejará estas ayudas en la marginalidad, generando importantes discriminaciones.
Además, el sistema de becas que plantea esta orden en concurrencia competitiva, no garantiza que todos los demandantes de la ayuda que cumplan requisitos, obtengan la misma, pues se deja claro que el presupuesto destinado a este efecto es limitado, por lo que se barema para ordenar la prioridad de las solicitudes. Por otra parte, el sistema establecido puede plantear discriminaciones entre familias que a igual puntuación obtengan el 100% de la ayuda o el 50%, en función de que se agote el presupuesto destinado al primer tipo de ayudas. Consideramos, igualmente que la carga que los directores de los centros soportarán, será superior a la actual, pues han de recoger la documentación y ordenarla y proceder a la selección, adquisición y distribución de materiales, decidiendo además qué materiales se adquieren y cuáles no en el caso de las ayudas del 50% .
Por otra parte, no queda claro el material que entra en las becas, si incluye o no los famosos cuadernillos que muchas editoriales acompañan a los libros de texto, como tampoco se especifica el coste de referencia de los lotes, si será el mismo para los distintos niveles educativos. Los plazos dejan fuera al alumnado que se incorpore una vez iniciado el curso, a los alumnos que cambien de centro iniciado éste y a los que se presenten a las pruebas extraordinarias en septiembre y no sepan en junio qué curso han de matricularse.
Finalmente, indicar que si multiplicamos el presupuesto destinado en un año a becas para libros por cuatro, ya que se supone que se comprarán nuevos todos los años, el ahorro no justifica los cambios introducidos, máxime considerando que en la actualidad el Programa llegaba a todo el alumnado sin distinciones y ahora no llegará ni siquiera a todos los que cumplan los requisitos establecidos
Zaragoza, a 8 de marzo de 2012