Fapar sobre el Programa Escuela 2.0

Heraldo de Aragón. 6 julio 2010.
El programa Escuela 2.0 nace como una de las medidas del capítulo Capital Humano y Tecnológico de uno de los cuatros ejes (Modernización de la Economía) del PlanE, El Plan Español para el Estímulo de la Economía y del Empleo. Su objetivo es adaptar al siglo XXI los procesos de enseñanza y aprendizaje, dotar a nuestro alumnado de conocimientos y herramientas claves para su desarrollo personal y profesional, fomentar el capital humano y la cohesión social, y eliminar las barreras de la brecha digital.
Vivimos en un mundo en el que el desarrollo tecnológico impone una nueva dinámica en todo tipo de actividades, profesionales, mercantiles, domésticas y de ocio. El comercio electrónico y los servicios multimedia interactivos, se abren camino de forma imparable; el mercado laboral, incluso el concepto de trabajo está variando. Estamos inmersos en la sociedad de la información y el conocimiento, y por más que queramos tener un punto de vista optimista, no podemos dejar de ver las sombras que estos cambios vertiginosos nos pueden traer, como por ejemplo la aparición de una nueva masa marginal: la de aquellos que no pueden adecuarse a esta realidad social y comercial, son los nuevos analfabetos funcionales, y la de aquellos trabajadores que en plenitud laboral se ven marginados ante la imposibilidad de reconvertir su formación.
Desde el punto de vista de padres y madres, preparar a nuestros hijos para el frenético mundo laboral del siglo XXI utilizando las tecnologías de la información y las comunicaciones, nos parece imprescindible. Es responsabilidad de todos que nuestros jóvenes estén bien preparados en estos nuevos hábitos a la hora de analizar o de realizar un trabajo, porque en otro caso, es probable, que no puedan ni siquiera competir.
Los ciudadanos debemos exigir a las administraciones las medidas necesarias para conseguir el desarrollo social más justo y equilibrado posible, y la Escuela como formadora de los futuros ciudadanos y principal vertebradora de la cohesión social en el territorio debe tener, en este escenario, un papel fundamental.
Desde el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón, y a partir de 1999, con la asunción de las competencias en Educación, se han implantado en nuestras escuelas diversos programas para integrar las TIC en los centros educativos, como el Ramón y Cajal y en 2005-2006 el programa Pizarra Digital con la introducción progresiva de los tablets pc para uso individual de los alumnos de 5º y 6º de Primaria, cuya evaluación se ha dado a conocer en fechas recientes con unos resultados altamente satisfactorios, no sólo para las familias, sino para el alumnado, que en un 85% dice aprender más y el profesorado, que en casi un 95% volvería a trabajar con el mismo sistema. En estos años, una demanda constante de las familias (96,2%) ha sido la implantación del programa en todos los centros públicos y su ampliación a los alumnos de secundaria, como garantía de igualdad de oportunidades entre todos los escolares. En la actualidad todos los Colegios Públicos de Primaria participan del programa Pizarra Digital.
El programa Escuela 2.0 del Ministerio de Educación, tiene por objeto que todos los alumnos (empezando por los de 5º y 6º de primaria) dispongan de un ordenador portátil, que sus aulas tengan una pizarra interactiva en la que todos puedan trabajar, que los centros tengan la conectividad que requiere el Programa y que además esta forma de aprendizaje pueda tener continuidad en los hogares, facilitando las conexiones a Internet de las familias. Por supuesto contempla el proceso de formación continua del profesorado y la utilización de recursos didácticos en soporte digital.
En Aragón nuestra incorporación al mismo ha posibilitado, además, que los Centros y los alumnos de Secundaria puedan profundizar, con antelación a otras comunidades autónomas, en el proceso de integración y acercamiento a las TICs.
La Escuela 2.0 necesariamente ha de suponer un cambio de metodología y un esfuerzo para todos, pero también es una oportunidad y un reto que debemos afrontar con responsabilidad. Somos conscientes de que todos los cambios producen desasosiego e incertidumbres, dudas e incluso recelos, pero éstos nunca pueden impedir el necesario progreso. El programa que está empezando a desarrollarse requiere que se aúnen muchas voluntades. La Administración no puede escatimar recursos para la formación del profesorado, pieza fundamental a la que hay que pedir, como en todos los programas, implicación y compromiso. Igualmente las familias hemos de acercarnos al uso de las nuevas tecnologías para poder seguir con responsabilidad la formación de nuestros hijos e hijas. El programa no va solucionar todas las necesidades que tenemos por delante en educación, pero sí contribuirá a mejorar resultados académicos, entre otras razones porque formará a los ciudadanos de mañana en la imprescindible competencia digital, y mediante ella en el resto de competencias clave, a la vez que contribuirá a que se adapten los procesos de enseñanza-aprendizaje a una realidad moderna, fomentando la participación e interacción del alumnado y el profesorado.
Queremos manifestar que valoramos my positivamente el esfuerzo de muchos profesores que llevan tiempo utilizando software libre en nuestras aulas, no solo por abrir nuevas posibilidades sino porque entienden que es un modelo tecnológico mucho más colaborativo y menos discriminatorio para nuestro alumnado y para las familias que el software cerrado, privativo y de pago, pero no deja de sorprendernos desagradablemente el rechazo que se está produciendo hacia el programa Escuela 2.0 en dos IES de nuestra Comunidad -también manifestado por unas pocas voces afines al sector docente- y justificado como un gasto excesivo en tiempos de crisis. Si tenemos en cuenta que la inversión que supone al Departamento de Educación este Programa, cofinanciado con el Ministerio de Educación, es de un 0,6%, suponemos que detrás de ese rechazo hay cuestiones bien diferentes a las meramente económicas y por supuesto a las educativas.
Desde FAPAR nos oponemos a la eliminación de programas educativos como medida contra la crisis económica que atravesamos, no solamente por la pérdida de calidad de la enseñanza, sino también por ser un claro síntoma de que la educación no se valora suficientemente como la mejor inversión de futuro. En estos momentos de crisis se debe exigir a la Administración priorizar los gastos aplicando duros criterios de eficiencia en la inversión educativa pública y ser muy rigurosos en el seguimiento y evaluación de los programas.
El curso próximo, afortunadamente, estarán ya trabajando en Escuela 2.0 todos los colegios públicos de primaria de dos y más vías y más del 80% de los institutos de Aragón y por supuesto el profesorado de los niveles de 5º y 6º de Primaria y de1º y 2º de la ESO. Profesorado comprometido, como hemos podido comprobar recientemente en la IX jornadas de buenas prácticas en la enseñanza “Educar en la sociedad de la información”, en las que expusieron sus experiencias más de 600 profesores y profesoras de Aragón.
La Educación, considerada bien de interés público, es más que nunca en estos momentos, elemento fundamental para propiciar los necesarios cambios de nuestro sistema productivo, que tiene su apuesta en la innovación y la cualificación profesional y la Escuela debe dar respuesta a estas demandas del presente (y anticiparse a las del inmediato futuro) y sentar las bases de una sociedad moderna que forme ciudadanos críticos y capacitados para desenvolverse con éxito en este siglo XXI.
Ana Abán
Presidenta de FAPAR
Es de agradecer que una organización como FAPAR valore positivamente el esfuerzo del profesorado que lleva tiempo utilizando software libre en nuestras aulas, pero creo necesario aclarar algunas cuestiones que se confunden en el texto:
El software libre no tiene nada que ver con el programa Escuela 2.0 a nivel nacional ni en Aragón. Es un modelo tecnológico, social, cultural, económico y educativo que ni se nombra en dicho programa en estos territorios. Si que en otras comunidades se envían los ordenadores a las aulas para el profesorado y el alumando con la posibilidad de utilizar Windows y Microsoft Office (software cerrado y privativo), o una distribución de Linux y OpenOffice (software abierto y libre) en sus discos duros para mejorar la alfabetización digital, convertir la educación con TICs en un servicio público para la población y la sociedad y no para las multinacionales, y porque quieren estar al día en nuevas tecnologías y educación, pero eso no ocurre en nuestra comunidad ni en las ciudades autónomas (Ceuta y Melilla) que dependen directamente del Ministerio de Eucación.
El software libre no tiene nada que ver con el «NO» que han dado algunos centros aragoneses a la participación en el programa Escuela 2.0. En los textos que han difundido esos centros o ese profesorado ni lo nombran porque son temas diferentes.
Los centros, el profesorado y los padres y madres que han dicho «NO» al programa escuela 2.0 no han dicho «NO» a la introducción de los ordenadores en sus aulas, de los que alguno de ellos cuenta con una abundante dotación y hasta ahora eran considerados como centros innovadores en este tema, y dan una serie de argumentos educativos, pedagógicos y sociales entre los que el despilfarro sólo es una parte de un programa que consideran mal planteado. Para informarse mejor pueden leerse sus textos:
– <a href=»http://edulibre.info/razones-para-decir-no-a-escuela-2″>Acuerdo del Claustro y del Consejo Escolar del IES Ramón y Cajal de Huesca</a>
– <a href=»http://edulibre.info/educacion-y-coches-electricos»>Educación y coches eléctricos</a>
Y, por último, mi enhorabuena a la FAPAR por el interés y el esfuerzo que hace para una mejor calidad en nuestra educación, aunque yo considero que para ello son más importantes las personas (profesorado, padres y madres y alumnado) que los ordenadores o Internet, pero son diferencias de opinión que considero que pueden enriquecer el debate educativo.