«Hasta mitad de octubre los críos no se van a centrar de verdad en los estudios»

Así se pronunciaba Carmen Guallar, de 33 años, que hacía cola ayer tarde ante la Librería General en el Paseo de la Independencia con sus dos hijos: Natalia de 6 años, que cursa 1º de Primaria en el colegio público Zalfonada, y un pequeño de dos que lleva a la guardería.
Explicaba, además, que si no pudiera «tirar de abuelos» no llegaría a compatibilizar su trabajo con este horario escolar. «Mi hija sale a las 14.30 del comedor y yo a las 15.00, y eso que tengo jornada reducida», explicaba. «Por lo menos me he podido organizar, porque pensaba que a finales de septiembre ya irían a clase por las tardes y no me enteré hasta última hora, cuando fui a llevarla al cole, porque me lo comentó otra madre», decía.
Unos metros más atrás de la fila, Carmen García confesaba que no le preocupaba ni le suponía ningún contratiempo el retraso en el comienzo de la jornada partida. «Tengo la suerte de que trabajo por las mañanas y dispongo de tiempo para quedarme con las dos (una de Infantil y otra de Primaria), aunque entiendo que es una faena para otros padres y les hace polvo».
En la conversación tercia Ana Sánchez, que estos días acude cada tarde a Osera de Ebro para cuidar de sus cuatro sobrinos (Óliver, de 4º de Primaria, Óscar y David, de 2º, y Joel, de 2º de Infantil) mientras su hermana Elena trabaja. «Ella lo lleva fatal porque no tiene a nadie que le pueda echar una mano y yo, después de mi jornada como camarera, recorro casi 30 kilómetros para cuidarlos». Ayer fue una excepción y los dejó a cargo de una compañera poder ir a comprar libros con un listado de once cuadernillos de actividades.
Sobre las 18.30, Vanessa Gonzalo llevaba cerca de una hora esperando a las puertas de la Librería General para adquirir los libros del nuevo colegio de sus dos hijos, que acaban de comenzar 4º de Primaria y 3º de Infantil en el José Antonio Labordeta. «Lo que más me molestó es que no me enteré del calendario escolar hasta última hora. Trabajo por la noche, pero si no sería imposible».
«¿Quieres mi opinión como padre o como profesor?» Javier Jiménez esperaba hacerse con un material de plástica de 6º de Primaria. «Es el calendario escolar que hay, esto son lentejas y dar gusto a todos resulta imposible -justificaba-. Hemos comenzado antes que en otras comunidades y los docentes también nos quejamos de que solo tenemos cinco días para preparar el curso».
Noticias relacionadas
Los padres critican a la DGA por permitir que no haya clases de tarde hasta el 6 de