Huesca recobra la memoria de la pedagogía de época republicana
Las Jornadas de la Sociedad para el Estudio del Patrimonio Histórico Educativo arrancaron ayer
La renovación pedagógica que experimentó España en tiempos de la II República es el eje central de la tercera edición de las Jornadas de la Sociedad para el Estudio del Patrimonio Histórico Educativo, que se inauguraron ayer tarde en el CPR de la capital oscense.
Diario del alto Aragón. HUESCA.-
Desde ayer miércoles, y hasta mañana viernes, aproximadamente 60 especialistas en estas materias expresarán sus puntos de vista sobre este tema, en un intento de trasladar `el terreno de la memoria histórica al mundo de la educación`, afirmó Víctor Juan, director del Museo Pedagógico de Aragón, una de las instituciones organizadoras de las jornadas, junto a la Sociedad Española para el Estudio del Patrimonio Histórico-Educativo (SEPHE).
Para lograr este objetivo, la memoria histórica y la pedagogía se abordarán desde tres perspectivas: las biografías de los educadores y pedagogos de la época y su silenciamiento posterior, el espíritu de instituciones como el Instituto Libre de Enseñanza o la Residencia de Estudiantes, entre otras muchas, y, en último lugar, la esencia de las metodologías pedagógicas liberadoras. Cada uno de estos asuntos estará representado en una conferencia, mientras que las cerca de 60 comunicaciones restantes de las jornadas tratarán de temas relacionados o profundizarán en ellos.
Con la advertencia de `no olvidar la historia ni convertirnos tampoco en jueces morales del pasado` para llegar a un `conocimiento responsable` capaz de evitar nuevas tragedias, Sara Ramos Zamora, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, abrió las jornadas con su ponencia titulada `Protagonistas de una des-memoria impuesta. Los maestros y sus relatos de vida`. El trabajo expuesto ayer parte de dos premisas: la de `colaborar a crear una `historia incautada` durante mucho tiempo` y la de elaborar `una historia de la educación y su función social`.
La ponencia de Ramos Zamora comenzó con una reflexión sobre los diferentes significados que se le atribuyen a los conceptos historia y memoria. La profesora de la Complutense citó las palabras del historiador francés Pierre Nora, quien diferenció entre memoria e historia calificando a la primera de `absoluta` y a la segunda de `relativa`, a la vez que coincidió en afirmar que existen `tantas memorias como grupos`. Redundando en este apartado, Ramos se detuvo en la manera en qué se conservan ambas, sin olvidarse del posicionamiento del historiador que trata estos temas y cómo evoca el pasado.
A continuación, la profesora universitaria pasó a hablar de los maestros represaliados por Franco y del `olvido y la desmemoria` en la que cayeron. Ramos dividió ese proceso de silenciamiento en dos etapas. La inicial consistió en borrar `todo el imaginario republicano, que era considerado como peligroso`. A ese olvido, `voluntario` en unos casos, `obligado` en otros, le siguió la creación de una `contramemoria acorde con la ideología y la política de Franco`.
CREACIÓN DE UN SISTEMA `PREVENTIVO-PUNITIVO`
Los profesores de las primeras décadas de la dictadura jugaron un papel muy importante en este proceso, en opinión de Ramos Zamora. Una vez eliminados los maestros inspirados en la pedagogía republicana, éstos fueron reemplazados por otros de carácter franquista que establecieron un sistema `preventivo-punitivo`.
Los cambios políticos sufridos por España en esos años dejó a los educadores con cuatro opciones: el `desconocimiento voluntario` de la pedagogía republicana, la mera descripción sin ninguna valoración, la crítica feroz hacia el sistema republicano o mostrarse como unos `héroes` que lucharon contra el sistema educativo de la II República, especialmente contra la coeducación (aulas sin distinción de sexo) o la laicidad. Uno de los resultados de este proceso fue la `deslegitimación del pasado` y un nuevo aprendizaje pedagógico `ideologizado y politizado`. Ramos Zamora opinó que tuvieron que darse tres requisitos (el cambio generacional, las exigencias de justicia y el panorama intelectual de la postmodernidad) para que se `recuperara la memoria histórica (sobre la pedagogía), se deshicieran los nudos del pasado` y surgiera una `visión crítica`.
Finalizó su intervención recordando la figura de Ana María Alemany Climent, una profesora de Ciudad Real a la que `depuraron` junto a su marido, también maestro, tras el final de la Guerra Civil. `Esta historia es una de tantas silenciadas y echadas al baúl de la memoria intencionadamente silenciada`, concluyó, antes de dar paso a las comunicaciones que cerraron el primer día de las Jornadas de la Sociedad para el Estudio del Patrimonio Histórico Educativo.
Antes de la intervención de Ramos Zamora, tuvo lugar la inauguración de las jornadas. Al acto asistieron Víctor Juan, director del Museo Pedagógico de Aragón, institución organizadora, Enrique Satué, director del CPR de Huesca, Jaime Vicente, director general de Educación del GA, Guillermo Iturbe, director del servicio provincial de Educación, y Julio Ruiz Berrio, presidente de SEPHE.
En la inauguración se resaltaron los `días intensos` que con la celebración de estas jornadas va a vivir el CPR oscense, que `se hace más grande` con la presencia de estos investigadores y profesores venidos de toda España, afirmó Juan. Satué quiso agradecer al Museo Pedagógico `por acordarse del CPR y celebrar las jornadas aquí` y recordó el largo tiempo que ambas instituciones llevan colaborando.
Por su parte, Vicente afirmó que el tema de las jornadas es `un asunto central` de su Departamento y alabó la tarea del Museo Pedagógico de Aragón en reunir tanto `la memoria secuestrada` como la recuperación del patrimonio. Asimismo, Ruiz Berrio destacó la `importancia` de la historia de la educación en la sociedad, y la conservación y estudio del patrimonio histórico-educativo. Iturbe fue más allá de la simple recuperación de los materiales y se detuvo en `lo más importante, el análisis y estudio` de esos objetos.
LA MEMORIA DE UNA INSTITUCIÓN
Juan Manuel Fernández Soria, de la Universidad de Valencia, recordará esta mañana el papel que tuvo el Instituto para obreros. Tras su ponencia, se sucederá otra tanda de comunicaciones de los asistentes, procedentes de puntos de toda la Península además de las islas, a estas jornadas.
Dichas comunicaciones ya han sido publicadas en el libro `Museos pedagógicos. La memoria recuperada`, que supone el séptimo, y hasta ahora último, título publicado por el Museo Pedagógico de Aragón y que ayer fue entregado a todos los participantes de las jornadas. Además, recibieron un facsímil sobre los Sitios de Zaragoza (también editado por el Museo Pedagógico) y otro sobre el Congreso Nacional de Pedagogía celebrado en Zaragoza hace cien años, así como el DVD `Ecos de la Escuela`.
O. ISARRE