La Educación para la Ciudadanía se aprende practicando
Los libros de texto de la nueva asignatura conciben las clases como eminentemente prácticas, con propuestas de investigación en internet, trabajo en grupo, análisis de textos y estadísticas, debates y juegos de rol sobre casos reales o figurados de convivencia, conflictos y temas de actualidad.
EFE. Madrid |
Las editoriales conciben las clases de Educación para la Ciudadanía como eminentemente prácticas, con propuestas de investigación en internet, trabajo en grupo, análisis de textos y estadísticas, debates y juegos de rol sobre casos reales o figurados de convivencia, conflictos y temas de actualidad. Esta conclusión se extrae de examinar los libros de texto de Anaya, Santillana y SM para tercero de ESO, que tratan los puntos de la asignatura que han generado más polémica como la familia, el amor y la sexualidad.
También se ocupan del bien común; igualdad entre personas y sexos y violencia de género; infancia y derechos humanos; medio ambiente y consumo responsable; ley, justicia, derechos y deberes en la democracia; instituciones y servicios del Estado; drogas, alcohol y tráfico; movimientos migratorios; justicia social y ayuda al desarrollo; ongs, paz, seguridad y globalización. Todos incluyen un apartado dedicado a la convivencia en los centros escolares; los profesores merecen «el mismo respeto que se debe a los padres», segura el libro de Anaya.
Esta editorial define la familia como «centro de nuestros afectos» y «lugar natural de convivencia», donde se adquieren las creencias básicas. Es el grupo de personas emparentadas en una unidad estable de convivencia, cuyo núcleo está compuesto «generalmente por unos padres y sus hijos». La diferencia «básica» entre los miembros de una familia es la «edad» y ésta «debe ser el criterio fundamental» al determinar sus tareas y responsabilidades. La composición de las «distintas familias» es «muy diversa» y sus modelos son «muy variados»: con y sin descendencia, con uno o con dos progenitores, con hijos, abuelos y otros familiares.
El amor, según Anaya, es un sentimiento que «hace desear la felicidad y el bienestar del otro»; la atracción sexual es «algo natural en los seres humanos» y comienza a desarrollarse en la adolescencia. Hay diversas formas de entender la vida sexual, explica Anaya: «Tú mismo -recomienda- deberás formarte tu propia personalidad en este terreno, de acuerdo con el criterio moral que desarrolles o según los principios religiosos con los que puede que te identifiques». Entre las formas de sexualidad «propias del ser humano», hay dos «muy básicas»; la orientación heterosexual y la homosexual; y «debemos respetar» ambas.
Sobre la familia, Santillana indica que su misión sigue siendo «indispensable» para la vida y el crecimiento personal a pesar de los cambios en sus funciones y composición. «Su función educadora como fuente de afecto y apoyo para los hijos es insustituible», asevera.
Para Santillana, el amor es una necesidad del ser humano que se manifiesta en una pareja, entre padres e hijos, hermanos, en la amistad. «En la adolescencia -prosigue-, las experiencias de enamoramiento son frecuentes e intensas (…) las relaciones pueden consolidarse cuando se cuidan y se alimentan.» En una relación de pareja, «la atracción, el compromiso y la intimidad y el afecto son indispensables cuando hablamos de amor». El temario define el machismo, el sexismo y el feminismo y rechaza la xenofobia, el racismo, la homofobia, la islamofobia y otros prejuicios.
A partir de varios recortes de prensa sobre un caso aparente de eutanasia, otro de violencia de género y la clonación humana, el libro de Santillana indica que en la convivencia surgen a veces conflictos por temas controvertidos. éstos, prosigue, «pueden generar graves problemas sociales que necesitan diálogo y la negociación para solucionarse. Los Derechos Humanos entran a veces en conflicto con los intereses particulares de personas o instituciones que se benefician con una u otra postura». El libro propone seleccionar fuentes de información «adecuadas» para «profundizar» en «los derechos de los animales, la alimentación vegetariana, la existencia de Dios, la deuda externa, el uso responsable del agua, el racismo».
SM entiende la familia como núcleo de la sociedad, fundamentada en el amor y «base de nuestra felicidad». A partir del modelo de familia nuclear (padres e hijos que conviven juntos) han aparecido «nuevas formas» de familia según la situación de los padres: «monoparentales», «reconstruidas» con hijos propios o de relaciones anteriores; «los padres son los primeros responsables de la educación de los hijos», añade.
SM señala que, en la adolescencia, los sentimientos hacia otras personas adquieren mucha importancia e intenta que el alumno averigüe cómo se sabe que alguien está enamorado. La sexualidad en el ser humano tiene «un esencial componente afectivo». «La homosexualidad ha sido severamente juzgada durante gran parte de la historia (…) Sin embargo tenemos la obligación ética de respetar la dignidad de todas las personas». El manual apela la necesidad de controlar el impulso sexual y a la «responsabilidad» en las relaciones sexuales para evitar embarazos no deseados y enfermedades.