La escuela concertada, ¿un problema para la cohesión social?
Pese a ahorrar dinero al Estado, podría discriminar a los alumnos por su clase social
V.V. elplural.com
La proliferación de escuelas concentradas -pagadas con dinero público pero de titularidad privada- se ha hecho patente en algunas comunidades autónomas, con la de Madrid a la cabeza. Estos centros educativos están produciendo, según los expertos, una segregación de los alumnos no sólo por su confesionalidad -la mayoría de los concertados son centros religiosos-, sino también por clases sociales: la escuela pública, que engloba al 67 por ciento del alumnado, acoge al 82 por ciento de los niños inmigrantes. Aunque su desarrollo ahorra dinero al erario público, el avance de la red privada provoca problemas de cohesión social, según los expertos.
Ahora que llega la vuelta al cole, parece que las cifras sobre integración escolar no serán muy diferentes a las del curso pasado. En España la escuela concertada está proliferando en detrimento de la pública que, sin embargo, es la que acoge mayoritariamente a la nueva población inmigrante así como a las clases más desfavorecidas. Según un informe del Colectivo Lorenzo Luzuriaga, la cohesión social, cultural y territorial solo puede garantizarla una escuela pública que no separe, como ocurre en la concertada, por convicciones religiosas o de otra índole.
El 70%, en la escuela pública
Según un reportaje publicado por El País, España es el cuarto país desarrollado -solo por detrás de Holanda, Bélgica y Reino Unido- con menor porcentaje de alumnos de primaria, secundaria y bachillerato en la escuela pública: un 70,1 por ciento de los estudiantes se acogen a esta opción, frente al 99,1 por ciento de Irlanda, el 94,5 de Italia o el 93,5 de Alemania, por poner algunos ejemplos.
Ahorro al Estado
Esto se debe, en parte, a que la enseñanza concertada ahorra bastantes millones de euros al año al erario público. Según las cifras del sindicato CC.OO. y de la patronal de los colegios católicos, FERE, se produce un ahorro de entre el 25 y el 50 por ciento, es decir, entre 1.400 y 3.000 millones de euros anuales. Un ahorro que no es igual para las familias ya que, aunque la educación concertada es gratuita, suele cobrar diferentes aportaciones que la hacen inaccesible para los más desfavorecidos.
Concertadas y católicas
Por otra parte, la mayoría de las escuelas concertadas -el 76 por ciento- es católica. El propio presidente del FERE, Manuel de Castro, reconoce que con estos centros la Iglesia no pretende ¿ganar dinero?, sino ¿evangelizar?. Algo, a su juicio, perfectamente lícito, y que ¿los padres saben cuando eligen? estos centros. Esta confesionalidad es, precisamente, el problema que ven los expertos, por encima de su titularidad.
Desde mediados de los 80
También esta fue una de las cuestiones esenciales cuando comenzaron a aprobarse los conciertos a mediados de los 80. El objetivo en aquellos momentos pasaba por regular las subvenciones que desde los 60 recibían los centros privados. En aquel momento, los colegios religiosos entendieron que se les estaba atacando, ya que a cambio del dinero recibido, debían acatar reglas como la libertad de cátedra de los profesores o la admisión de alumnos según las reglas de la administración. Pese a todo, estos centros siguieron sin renunciar a su confesionalidad.
Castilla-La Mancha vs. Madrid
Actualmente, los centros concertados han aumentado en las regiones con gobiernos conservadores y se han mantenido en las zonas de gobiernos progresistas. Castilla-La Mancha es la comunidad con más alumnos en escuelas públicas (un 81 por ciento), seguida de Extremadura (78%) y Andalucía (75,3%). En el extremo opuesto se encuentran Madrid, con solo el 53,2 por ciento de los alumnos en centros públicos, y el País Vasco, con el 46,6 por ciento.
Ruptura de la regla básica
En la capital las denuncias por la privatización de este y otros servicios, como la Sanidad, han sido constantes desde que Esperanza Aguirre accedió al poder. Según el documento del Colectivo Lorenzo Luzuriaga, la regla básica de los conciertos de aumentar sus plazas pero siempre garantizando que los centros públicos cubran las necesidades se ha roto en Madrid, con el peligro de que otras regiones sigan su ejemplo.
Pocos inmigrantes en la concertada
Fue esta situación la que llevó al Colectivo a realizar el estudio, ante el temor de que la enseñanza estatal quede como el sistema secundario atendiendo solo a las clases más bajas, mientras que la concertada se convirtiera en la principal y orientada a las clases medias y altas. Y es que esta separación por clases es ya evidente: volviendo al caso de Madrid, la mitad de los alumnos va a la escuela concertada, pero solo un tercio de la población inmigrante. Los centros públicos, que acogen al 34,5 por ciento de los estudiantes, integran al 62 por ciento de los inmigrantes.
«Escuela de calidad»
Desde el Colectivo Lorenzo Luzuriaga aseguran que la solución pasaría por aumentar la calidad de la escuela pública: ¿No se trata de que haya mucha escuela pública y de que los alumnos no tengan más remedio que acudir a ella, sino que sea una escuela de calidad, capaz de competir con los centros concertados de prestigio?, apuntan en su informe.