Las religiones 'minoritarias' han duplicado su alumnado en tres años
Los estudiantes islámicos han pasado de 250 en el 2005 a 530. Los profesores reclaman más personal para llegar a todos los centros.
08/05/2008 MICHEL VALLéS / PERIÓDICIO DE ARAGÓN
El número de alumnos que cursa las llamadas religiones minoritarias se ha duplicado en Aragón en los últimos tres cursos. Especialmente llamativo es el caso de la islámica, que cuenta en la actualidad con 530 estudiantes, mientras que en el 2005 había 250. En la evangélica, ocurre algo parecido. Son en total unos 600 los jóvenes que asisten a las clases de esta confesión, cuando en el 2005 apenas se pasaba de los 300.
Aunque estas cifras son engañosas. O por lo menos no todo lo reales que deberían. Sobre todo porque la demanda de alumnos que desearían asistir a clases de islámica o evangélica es mucho mayor. Lo que ocurre es que el ministerio de Educación, del que depende esta materia, dota de un número de profesores insuficiente para atender a todos los colegios e institutos, con el consiguiente descenso en el número de estudiantes.
Así, según las estimaciones del Gobierno de Aragón, los alumnos potenciales de religión islámica estaría en torno a los 1.000, aunque la comunidad islámica, con sede en Madrid, cifra el número en 3.028 en Aragón. En el caso de la evangélica los estudiantes que demandan asistir a clase rondaría el millar.
Aun con todo, el número de profesores con los que dota el ministerio a los colegios es insuficiente para llegar a todos. En islam son dos los docentes que imparten la asignatura en la ciudad de Zaragoza y en algunos barrios rurales, mientras que uno hace lo propio en Huesca. En el caso de Teruel, el profesor contratado, según fuentes de Educación, renunció a principios de curso y no se ha dado con un sustituto.
Los profesores de evangélica son más. Seguramente porque lleva más años instalada en este territorio. En total, en Zaragoza, son seis, según Educación, y siete según la secretaría principal de Educación Religiosa Evangélica (ERE). En Teruel hay dos, pero en Huesca todavía no se cuenta con ninguno.
Los docentes se quejan de la excesiva carga de trabajo que deben soportar para atender a un número de alumnos que no cesa de aumentar. Y reclaman al ministerio que cree más plazas. La falta de entendimiento que por el momento parece existir entre las comunidades religiosas y la administración deriva en que el servicio no llegue a todos los ciudadanos que lo podrían pedir.
EL SISTEMA
A la hora de establecer el número de profesores que son necesarios, los padres hacen las solicitudes en los centros, que son remitidas al departamento de Educación, que a su vez las envía al ministerio. Será este quien, de acuerdo con las propuestas de la comunidad, determine cuántos docentes son necesarios. Y en este punto, las cifras no coinciden. Es decir es mayor el número de peticiones por parte de las religiones, que las que reconoce tener el ministerio.
Lidia Manjón, profesora de evangélico desde hace 18 años, es una de las docentes que diariamente recorre los centros de Zaragoza para dar clase. «Yo imparto unas 18 horas lectivas a los alumnos, pero el ministerio solo me paga 14. Es imposible vivir de la enseñanza para nosotros», denuncia. Además, los profesores son «muy escasos. Es muy difícil llegar a todos los colegios y vamos todo el día de un sitio para otro. Se necesitan más profesores porque en muchos centros te piden que des las clases a la misma hora que la religión católica y en ocasiones es complicado».
Algo semejante le ocurre a otro profesor, Abderrahmen Ben–Chaabane, en este caso de islam. Cada semana imparte 25 horas, el máximo permitido. «Necesitamos refuerzos, por lo menos dos profesores más en Zaragoza, porque yo y mi compañero en estos momentos no damos abasto», subraya. Dice además que el número de alumnos que reciben clases de religión islámica es engañoso. «Sobre todo porque nosotros pasamos al ministerio unas cifras de previsiones, pero luego, sus datos son diferentes. Hay algo que falla. El ministerio cree que hay colegios que no necesitan estas clases de religión, aunque la demanda está ahí y nosotros sabemos que existe», indica.
EN ARAGÓN 3.028 alumnos
3.028 alumnos han solicitado, según la Unión de Comunidades Islámicas de España, recibir clases de esta religión. La cifra no coincide con la de la Consejería de Educación, que sitúa el número en torno a 1.000, aunque los alumnos que están matriculados en todo Aragón son 530. Baile de datos en función de las diferentes fuentes consultadas.
Evangelistas: «Hay gente que cree que somos una secta»
Lidia Manjón, profesora de religión evangélica da clases a unos 100 alumnos. Denuncia que muchas veces su confesión es tratada como una secta y que no recibe la misma consideración que la cristiana. «A la gente le cuesta mucho entender nuestra religión y nos dejan siempre en un segundo término. No saben que nuestro Dios es el mismo que el de los cristianos. No somos una secta, ni una doctrina solo de la etnia gitana. Es más amplia», explica. A pesar de ello, Manjón recalca que a pesar de que sus condiciones laborales no son las más idóneas, siempre la he hecho «por vocación, para ayudar a los niños y a sus familias. Les enseñamos valores como no robar, no mentir, respetar a los mayores. Y muchas veces los pequeños, con lo que aprenden, cambian a sus familias. Esa es la mayor bendición que recibismo».
Islamistas: «Es urgente que nos pongan más personal»
Abderrahmen Ben–Chaabane es profesor de islámica. Da clases a 200 alumnos, distribuidos en cuatro colegios. Este ingeniero agrónomo agrupa a sus alumnos por ciclos, pero en algunos colegios, la cantidad de estudiantes es tal, que no tiene más remedio que desdoblar. «Así que necesito todavía más tiempo. Es urgente que nos pongan más personal porque de esta forma es imposible llegar. Y eso que damos clase a menos alumnos de los que demandan este tipo de educación». En sus clases transmite la moral, la ética y los valores desde el punto de vista del islam. «Intento inculcar a los niños el respeto, la educación y el respeto a los mayores». Además de religión, Abderrahmen enseña, en horario extraescolar, lengua árabe. «Ofrezco mis servicios a la comunidad para que aprendan algo más de esta cultura», dice.