Los bombos de la suerte escolar
EL PERIÓDICO DE ARAGÓN / 17/05/2007
Más de 2.300 familias aragonesas siguen a la espera de una plaza escolar para sus hijos: unas porque no han podido acceder al colegio de infantil que eligieron y otras porque quieren cambiar de centro. El caso es que otra vez los bombos de la suerte volvieron a girar ayer porque el descontento familiar sigue sin resolverse. Los bombos son un buen remedio para igualar las peticiones, pero no son garantía de nada porque los padres suelen elegir el colegio a sabiendas de lo que quieren y no se dan por satisfechos cuando no lo logran. Están en su derecho porque lo que se juegan es la formación de sus hijos y queda claro, dada la demanda que existe en algunos centros, que unos son mucho mejores que otros. Pese a todo, el director provincial de Educación, Felipe Faci, dice que este año el proceso de escolarización ha sido muy satisfactorio, porque el volumen de descontentos en esta segunda vuelta ha sido menor que el año pasado. Menos mal.
«Me niego a que mi hijo vaya a un colegio que es la ONU»
Los padres rechazan escolarizar a sus hijos pequeños en centros con una alta proporción de inmigrantes pese a contar con muchos medios.
EL PERIÓDICO DE ARAGÓN / 17/05/2007
Solo alguno de los padres expectantes y quejosos que acudieron ayer al sorteo de la segunda vuelta de la adjudicación de plazas escolares en Zaragoza quería dar su nombre. «Si hablas, es peor», sentencian. María, nombre supuesto, acudió con un chaval de cuatro años. Podría ir al cole desde hace un año, pero está en su casa porque la familia pidió puesto en dos centros públicos de la Jota, «La Estrella y el Hilarión», al lado de su casa, y le dieron Tenerías. Enseñan inglés, tienen muchos medios, pero renunció a la plaza. «Ese colegio es la ONU y yo no llevo a mi hijo allí. Aunque sea bilingüe o trilingüe, no lo llevo».
María sabe que lo que dice no es políticamente correcto. «Pero es lo que pensamos muchos. Pago mis impuestos, mis padres los pagan también. Creo que tenemos derecho a llevar a nuestros hijos a un colegio que no sea un gueto», sentencia.
Otra madre presente en el sorteo desde primera hora de la mañana cuenta su caso sin dar nombre. También es veterana en la queja, porque su hijo, entonces de tres años, no pudo asistir a ninguno de los colegios solicitados. Pidió una mezcla de privados y públicos en la que estaban «Jesuitas, Marianistas y el Eliseo Godoy». No hubo suerte. En la segunda vuelta le asignaron el Recarte y Ornat y decidió llevar al niño a un centro privado hasta que algún sorteo le adjudique algún centro compatible con lo que quiere y con su horario laboral.
Patxi, padre de un crío de tres años que busca colegio por primera vez, ponía sus peros al sistema mientras seguía el sorteo. «Aquí estamos viendo que hay un par de miles de familias pendientes de lo que te quieran asignar y de un sorteo. No es forma de decidir sobre algo tan importante como el futuro de nuestros hijos. Lo que te causa es frustración», explica.
A la primera no consiguió plaza en ninguno de los colegios que solicitó –todos concertados– y ahora tiene la sensación de que «solo quedan plazas libres en los colegios a los que nadie quiere ir. Si la mayoría los rechaza, quizá la mejor solución es cerrarlos».
«No desequilibraremos el sistema abriendo y cerrando aulas»
El director provincial asegura que el proceso está «normalizado».
EL PERIÓDICO DE ARAGÓN / 17/05/2007
El director provincial de Educación en Zaragoza, Felipe Faci, defendió ayer con contundencia que el proceso de escolarización ha mejorado y está «normalizado» pese al porcentaje de descontento que se repite cada año en la capital. Por ello, volvió a lanzar un mensaje muy claro: «No estamos dispuestos a desequilibrar el sistema educativo abriendo y cerrando aulas. Hemos conseguido bajar las ratios de alumnos en determinadas zonas de la ciudad y estamos incrementado los medios en los centros donde hay problemas».
Faci quiso responder así a los cientos de padres descontentos porque no han logrado plaza en el colegio elegido, que ayer vivieron un sorteo. El responsable educativo marcó las prioridades: nuevos alumnos –de tres años–, cambios de domicilio y, en todo caso, escolares que estaban en la privada y pasan a centros públicos o concertados en primero de Primaria. Para el resto, pocas esperanzas: «Me sorprende que estemos hablando de un cambio de centro en cuarto o quinto de Primaria. No entiendo cómo hay intentos de acceder a un centro durante cuatro o cinco años seguidos».
En esta línea estaría, aunque con sus matices, la negativa al traslado de siete alumnos que querían estudiar quinto de primaria en el Sagrado Corazón-Moncayo. En el colegio sobraba una clase de quinto, pero Educación no la rellena con nuevas peticiones porque «se a va a adaptar para una nueva aula de tres años» que sí se considera necesaria. «Todos los solicitantes –precisó Faci– tienen su plaza reservada donde estaban hasta ahora».
En cuanto a las denuncias que se repiten cada año sobre padres que aportan un domicilio interesado para conseguir el colegio que quieren, el director provincial informó que, además de «una docena de casos» registrada en Marianistas, se ha dado otro en el Colegio Pompiliano (Ruiseñores), resuelto por el propio colegio. «Todo el trabajo de estos años está calando en los centros y empiezan a ser sus consejo escolares los que admiten las denuncias y corrigen las listas», señaló.