Los padres de alumnos rechazan el paro de los monitores de comedores escolares
FAPAR pide que se cumplan los servicios mínimos para garantizar el servicio durante la huelga convocada desde hoy hasta el viernes, aunque cuestione el recorte de horario.
HERALDO. Zaragoza |
La Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Aragón (FAPAR) mostró ayer su rechazo a la huelga de monitores escolares convocada para hoy, mañana y pasado y reclamó el cumplimiento de los servicios mínimos establecidos por el departamento de Educación del Ejecutivo aragonés para garantizar el servicio de comedores a los alumnos de los colegios.
FAPAR rechaza la huelga «por el importante trastorno que se produce a las familias y porque somos partidarios de otras medidas de negociación» y aboga por desarrollar en los centros escolares «una cultura de consenso», explicó la organización en un comunicado.
Además, aclaran que «la decisión de reducir el horario de comedor es competencia exclusiva de los consejos escolares de cada centro, en el uso de su autonomía» y que «en muchas ocasiones este tipo de decisiones se toman en contra de la opinión de las familias y de las asociaciones de padres».
Tiempo educativo
Para FAPAR , el tiempo de comedor es un tiempo educativo «y como tal debe contemplarse», como se puso de manifiesto en las jornadas sobre comedores escolares que esta organización desarrolló el pasado mes de febrero.
Según recuerdan, en aquel foro se concluyó que es «imprescindible» que exista un proyecto educativo de comedor que debe estar incluido en la programación general anual del centro, y que es necesario que las familias tengan una puntual información del desarrollo y funcionamiento de este servicio.
También se apostó por que los niños dispongan de tiempo suficiente para comer y formarse en hábitos higiénico-alimenticios saludables. Además, se defendió que los escolares dispongan de un tiempo de relax y ocio «para que puedan descansar y renovar energías que les permitan un mayor rendimiento en las actividades de la tarde».
Finalmente, según las conclusiones de estas jornadas, los profesionales de este servicio deben estar convenientemente formados y se deberían constituir comisiones de comedor con representación de todos los sectores para valorar conjuntamente las mejores condiciones de este servicio.
La huelga convocada por los monitores de comedores escolares para los próximos tres días se celebra para mostrar el rechazo de estos trabajadores a la reducción de su jornada laboral en el horario de comedor escolar -y por tanto del tiempo dedicado al propio servicio- de tres horas a dos y media o incluso a dos en algunos casos. Una situación que según los sindicatos ya se vivió el año pasado en cuarenta colegios, a los que se están sumando otros este año.
Tras el fracaso de la intervención del Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) el pasado lunes y sin que ayer se intentaran siquiera nuevos acercamientos de posiciones, la convocatoria de huelga seguía en pie al cierre de esta edición.
Protesta indefinida
En total, están llamadas a los paros de los días 20, 21 y 22 unas mil trabajadoras en todo Aragón; setecientas de ellas en Zaragoza capital. Pero el conflicto podría agudizarse sobremanera en octubre. Si la negociación no da resultado, los sindicatos representativos del sector piensan convocar una huelga indefinida a partir del 2 de octubre. Precisamente es en octubre cuando empieza la jornada completa, por lo que tienen previsto acudir a partir de entonces al comedor 24.053 niños en toda la Comundidad. Todos ellos se verían afectados si el conflicto no se resuelve y se prolonga.
De momento, el Departamento de Educación publicó en el BOA el pasado viernes -antes de la intervención del Servicio de Mediación y Arbitraje- la orden que establece los servicios mínimos ante esta protesta. En centros de Educación Especial y en escuelas con transporte escolar se cumplirá el 100 % de los servicios. En el resto, habrá un monitor por cada 30 alumnos de Infantil y otro por cada 50 de Primaria. Condiciones que las trabajadoras tachan de «excesivas y abusivas».