Los servicios a la comunidad bajan un 75% los retrasos y faltas
El aula de castigo ya se sustituye por trabajos como regar o reciclar . Otros centros usan una especie de ‘tamagotchi’ para controlar la asistencia.
Las aulas de castigo, a las que debían acudir, fuera de horario lectivo, los alumnos que, por ejemplo, llegaran tarde o no comparecieran a clase, podría empezar a tener los días contados. Al menos, si comienza a extenderse la medida aplicada ya por algunos centros educativos, como el IES La Azucarera, que ha decidido sustituir esa modalidad de sanción por otra "mucho más efectiva".
El IES La Azucarera ha puesto en marcha un novedoso sistema de control de asistencia. Foto: EL PERIÓDICO / CHUS MARCHADOR
La medida consiste en sustituir ese castigo por servicios a la comunidad. Así, un estudiante de Secundaria que llegue ya con la puerta cerrada sabe que deberá subsanar su falta con trabajos como regar o reciclar. "Hemos conseguido reducir al máximo el número de retrasos desde la aplicación de esta forma de compensación", apuntó Jesús Ángel Sánchez, director del centro.
De hecho, las cifras le dan la razón. De los 15 casos que se daban de media en un mes antes de instaurar los servicios a la comunidad se ha pasado a apenas "uno o dos". El nuevo sistema forma parte del control de absentismo y retrasos llevado a cabo desde el instituto y que figura en el reglamento interno tras haberse adaptado al plan de convivencia escolar. Este también incluye que una falta de asistencia a clase que no haya sido justificada en tres días pasa a considerarse una falta grave que podría sancionarse con la obligación de ir a clase una tarde o, de nuevo, servicios a la comunidad "en función del alumno". Eso sí, la reincidencia abre el camino a un expediente disciplinario.
Aunque, en realidad, el control de asistencia comienza con una labor intimidatoria del propio director, que se persona en el patio minutos antes de que suene el altavoz que obliga a acudir al aula."Llevo al que llega tarde a un pasillo en silencio absoluto para que tome conciencia", dijo.
OTROS SISTEMAS Pero la imaginación en la aplicación de sanciones no es exclusiva del IES La Azucarera. Hace unos años, el Miguel Catalán también ideó un novedoso sistema para controlar la asistencia a clase. Un aparato, al que en el propio centro llaman "tamagotchi" ejerce la función de agenda personal del profesor, que coge el dispositivo a la entrada con toda la información acerca de los grupos a los que debe impartir clase. "Es un sistema de gestión docente que elimina aquello de pasar lista y que informa en todo momento en su panel de la asistencia a las clases", apuntaron desde el instituto.
Así, poco después de las 15.00 horas, un padre, a través de internet, puede conocer de inmediato si su hijo ha acudido o no a clase. Además, el mecanismo también permite un funcionamiento más ágil de las juntas de evaluación. "Se acabó lo de falsificar boletines", indicó la dirección.
Otros, en cambio, mantienen medidas más tradicionales, como impedir la evaluación continua y abocar al examen a estudiantes que hayan alcanzado un absentismo del 30%.
Alrededor del 60% de los casos de absentismo escolar se da en Secundaria. El Departamento de Educación ha logrado reducir los casos de forma notable en los últimos años gracias a un programa en el que participan administraciones educativas e instituciones y que, en última instancia, conduce al alumno ante la Fiscalía de menores.
Fuente: El Periódico. J. OTO 11/10/2011