Mochilas pesadas en la era digital
- Los niños acarrean mucha carga, y el 41% sufre dolores de espalda
- Las taquillas para guardar material y la informática intentan aliviar el problema
EL PAÍS – SEBASTIÁN TOBARRA / ELISA SILIÓ – Barcelona / Madrid – 09/09/2008
David Latorre tiene un hijo de 11 años. Además del recorrido hasta el colegio, el niño tiene que subir cada día tres pisos con el carrito hasta clase. «El chico no se queja pero la verdad es que parece excesivo que tenga que llevar cada día casi todo el material en el carrito. Mi sobrina de 12 años va con mochila y sí que tiene molestias».
El bulto no debe suponer más del 10% del peso del menor, según los expertos
Como David, más de siete millones de alumnos vuelven al colegio en toda España entre esta semana y la próxima. ¿Cómo deben ser las mochilas y los carritos donde transportan el material escolar? ¿Qué efectos perversos tiene el exceso de peso? ¿Se puede evitar, en esta era de la información, tan pesada carga?, se preguntan muchos padres y maestros.
Pedro Rascón, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (CEAPA), apuesta por la introducción en las carteras de DVD y otros formatos informáticos «más ligeros, más atractivos para los niños, más flexibles e interactivos». «El sistema de taquillas no funciona», prosigue, «porque si tienes que hacer los deberes no puedes tener dos ejemplares de cada libro. Y la división en fascículos no me convence. ¿Qué pasa cuando se tiene que repasar? La solución está en las nuevas tecnologías».
Otros expertos señalan que el libro sigue siendo necesario para el estudio y la memorización de los contenidos, con técnicas como el subrayado, los esquemas o los resúmenes. La educación exclusivamente en soportes multimedia sólo se utiliza en la educación superior y ofrece aún problemas prácticos. Los pedagogos discuten que el peso de la mochila vaya a determinar el modelo educativo del futuro.
El consejo de los expertos es que las carteras no superen más del 10% del peso del alumno, incluso si incluyen ruedas. «No tendría sentido que para no dañar la columna se resienta el hombro, el codo o la muñeca al arrastrar la mochila», apunta Mario Gestoso, director médico de la Fundación Kovacks. La realidad es que muchos alumnos cargan cada día de ocho a diez kilos.
«Las mochilas deberían pesar menos del 10% del peso del niño con un tiempo medio de 30 minutos entre ida y vuelta del colegio a casa», destaca Xavier González Ustes, traumatólogo en el Hospital Municipal de Badalona. «La parte de la mochila que va pegada a la espalda debe contener lo más pesado y en la más alejada al cuerpo ha de ir lo menos pesado: los lápices, el estuche, la bata, el bocadillo. Cuanto más enganchada al cuerpo la mochila, menos palanca hace sobre los hombros», añade este médico. González da otros dos consejos: «Los tirantes deben estar acolchados porque todo el peso va sobre los dos hombros. Y las mochilas muy caídas son fatales porque hacen efecto palanca en los hombros y duele más».
Un estudio del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) señala que casi el 42% de los niños menores de 11 años sufren dolores de espalda. Pero no hay que alarmarse. Los doctores Gestoso y González Ustes dicen que llevar mucho peso en la mochila no deja secuelas graves.
¿Qué se hace para evitar estos sobrepesos? En el colegio sevillano Tabladilla, privado, todo el material escolar se queda en el aula. Hay casilleros en las clases para que los chicos dejen los libros. Los deberes se los ponen en cuadernos o los copian en clase. En el instituto Menéndez Pelayo de Barcelona, también hay taquillas para dejar el material.
En el colegio público Santa Teresa de Valencia, los niños de segundo ciclo de Infantil, de tres a cinco años, entregan el primer día de clase el maletín con todos los materiales con el nombre del niño y se deja todo el año en el colegio. Sólo llevan una «bolsita» donde guardan, aparte de la merienda, alguna ficha para terminar o se llevan el trabajo trimestral ya acabado, dice la profesora Isabel Tomás. Las mochilas con ruedas sólo están permitidas a partir de 3º y 4º de Primaria.En el País Vasco se han instalado taquillas, sobre todo en los centros de Secundaria.
Italia y Francia ponen límites
EL PAÍS – MIGUEL MORA – Roma – 09/09/2008
Ya en febrero de 2003, el Parlamento italiano discutió la necesidad de aplicar con rigor la orden de 1994 que apremiaba a profesores y familias a evitar que los estudiantes fueran cargados como mulas al colegio. El asunto de las mochilas es notorio en Italia al menos desde 1993, cuando una circular de Sanidad, haciéndose eco de un artículo de investigadores italianos publicado en Lancet, alertó del peligro del peso para las columnas de los niños.
Esas recomendaciones se incluyeron en un decreto ley de junio de 1995, y aunque en diciembre de ese mismo año otro informe de Sanidad determinó que las mochilas no afectaban tanto a la columna -se decía que las desviaciones son casi siempre de origen genético-, el ministerio recomendó que los niños no cargaran con más de 15 kilos durante periodos prolongados. A la vista de que Francia impuso un límite máximo de cinco kilos para los alumnos de primaria y de 6,7 kilos para los de secundaria, Educación pidió a los editores contener el peso de los textos, y fomentó las bibliotecas escolares y el material multimedia. Finalmente, en 1999 se impuso a las escuelas que habilitaran taquillas personales, y se estipuló que el peso de las mochilas no supere entre el 10% y el 15% del peso corporal del alumno.
El pasado abril, un juez de paz de Reggio Calabria obligó al Ministerio de Educación a indemnizar con 500 euros a un escolar de 11 años, de «corpulencia escuálida», que sufre una patología de columna. Según el juez, la responsabilidad es del instituto, por no aliviar el número y el peso de los libros de texto.