Ninguna empresa en Zaragoza ofrece aún servicio de guardería
La principal causa, junto con el coste económico, es el elevado número de requisitos y permisos. Las cajas de ahorros ofrecen un plus anual de 750 euros, pero no servicio de ´guardaniños´.
Ninguna de las grandes empresas implantadas en Zaragoza ofrece servicio de guardería para sus trabajadores. Todas ellas afirman disponer de flexibilidad horaria para facilitar la incorporación al trabajo de la madre y, en el caso de las cajas de ahorros, sí existe una paga extra anual de 750 euros que se ofrece por cada hijo menor de tres años, pero estos son los únicos pasos dados desde la iniciativa privada para favorecer la conciliación de la vida profesional y laboral.
La causa principal de que no existan estos espacios, según explican desde Cepyme, es el elevado número de exigencias que marca la ley para poner en marcha unas instalaciones de estas características. «Son tantas que resulta imposible obtener los permisos, sobre todo en el medio rural», indican. Como ejemplo, citan las dificultades legales que tuvo la propia Diputación Provincial de Zaragoza hace unos años, cuando intentó crear una red de casas canguro (sistema que ya funciona en varios municipios pirenaicos y del que se beneficia más de una treintena de familias).
Abrir unas instalaciones de este tipo requiere unas dependencias espaciosas, altas exigencias higiénico sanitarias y plantilla fija y cualificada, algo que no todas las compañías están dispuestas a incluir en su lista de gastos sociales anuales para los trabajadores.
Existe un tercer factor y es el debate que suscita la ubicación de esas dependencias en el mismo edificio de la compañía o en otro diferente y las posibilidades de que la cercanía a los niños reduzca el rendimiento de la plantilla. «Hay quienes ven en habilitar salas dentro de las propias empresas un elemento distorsionador, puesto que puede darse el caso de que algunos padres acudan constantemente a ver cómo están sus hijos hasta el hecho de que las disputas entre los pequeños enrarezcan el ambiente», explican fuentes internas de una caja aragonesa.
De hecho, las empresas consultadas aseguran que la creación de guarderías tampoco es todavía una de las principales reivindicaciones de los comités de empresa, por lo que su puesta en marcha no se encuentra entre las prioridades de las compañías.
Lo que sí funciona en la actualidad son las pagas extraordinarias con motivo del nacimiento de un bebé. Por ejemplo, en las cajas de ahorros, que cuentan con un convenio nacional en el que aparece este plus estipulado. «Se premia a quienes tienen hijos menores de tres años con 750 euros al año, independientemente de que los lleven o no a la guardería. Pero además se ofrece un complemento para quienes justifican el pago de una escuela infantil con otros 100 euros más», explican desde Ibercaja.
Otras cajas, aunque no son locales, sí han demostrado una mayor sensibilidad por el mundo del niño. Por ejemplo, Caja Navarra, que dispone de salas adaptadas para el disfrute de los más pequeños. Aunque estos servicios están más orientados a los clientes que a los hijos de los trabajadores que conforman la plantilla.
En lo que sí coinciden la mayoría de las empresas de gran tamaño es en la flexibilidad de horarios. El abanico es muy amplio y puede oscilar entre permitir que la madre agrupe las horas de lactancia y las una a su baja por maternidad (la mayoría) hasta trasladar a la madre a un puesto de trabajo más próximo a su hogar, a la guardería o a casa de los abuelos (como en Galerías Primero).
«La mayor parte de la plantilla son mujeres, de ahí que en el convenio del 2006 se acordaran una serie de medidas destinadas a facilitar la conciliación laboral con su vida familiar como, por ejemplo, destinar a las mujeres embarazadas a puestos que no requieran esfuerzo físico, impedir que quien acaba de dar a luz trabaje más allá de las ocho de la tarde (cuando el horario de cierre son las nueve)…», explican desde esta cadena de supermercados.
Esto está generando algunos problemas en la compañía, sobre todo, en horario de tarde, donde hay escasez de plantilla. «La mayoría de las mujeres que disfrutan de una reducción de jornada eligen trabajar por la mañana, de modo que ahora se quiere incentivar los trabajos de tarde», añaden.
NUEVAS MANERAS
De momento, el ritmo de conciliación laboral en las empresas locales es lento, pero la implantación de grandes compañías internacionales deja la puerta abierta a la modificación de los hábitos. Ikea es un ejemplo de ello.
«Dentro de la bolsa de beneficios sociales, se encuentran el pago de 450 euros brutos para la empleada en el momento del nacimiento de su hijo y el abono de 360 euros brutos durante los dos primeros meses en el caso de que se opte por solicitar una excedencia», explican desde este establecimiento. Los descuentos especiales en actividades orientadas a hijos de empleados (cursos de idiomas, campamentos…) también existen.
Otras, como la cadena de supermercados Mercadona, ofrece también un mes extraordinario de baja por maternidad o paternidad además de los marcados por la ley (más de 3.500 mujeres se acogen cada año a esta posibilidad en toda España).
PREMIOS PARA INCENTIVAR
Aunque el panorama no es muy alentador, desde Cepyme aseguran que se está produciendo una tendencia cambiante en el sentido de que cada vez son más las empresas que demuestran interés por implementar las medidas de conciliación. Tanto en la capital aragonesa como en el medio rural.
Recientemente, por ejemplo, han recibido distinciones por su avance las compañías Dana Automoción, ARC Distribución Ibérica, Schmitz Cargobull Ibérica, Inycom, Wittur Elevator components, Adieconti, Fundación San Juan, ISS y Galerías Primero.