Padres y profesores denuncian en Aragón 28 casos de acoso escolar en poco más de un año

Diecisiete de ellos se han registrado en Zaragoza aunque sólo dos actos violentos fueron considerados reales y catalogados como leves. La directora de Política Educativa afirma que la incidencia es muy baja.
ELENA PUéRTOLAS. Zaragoza | HERALDO
Las familias de veinte alumnos de centros de Primaria y Secundaria de Aragón han denunciado el acoso escolar de otros estudiantes hacia sus hijos desde principios de septiembre de 2005, en los Servicios Provinciales de Educación del Gobierno de Aragón. No obstante, no son los únicos problemas de convivencia que surgen en las aulas, ya que en algunas ocasiones se resuelven en el centro, sin la necesidad de que intervenga la dirección educativa. Es la primera vez que la Consejería hace públicos los datos con la finalidad de evitar una alarma social, puesto que se trata de 20 casos entre los 215.000 chavales que asisten a las aulas.Sin embargo, los supuestos abusos no sólo se producen por problemas de convivencia entre los estudiantes, sino que también ha habido ocho profesores que han puesto quejas por situaciones conflictivas con compañeros, alumnos o padres. Son las cifras que facilitó ayer la directora general de Política Educativa, Carmen Martínez Urtasun. Insistió en que los ocho casos se han dado entre un total de 16.000 docentes.
La mayoría de los incidentes que se han denunciado como acoso escolar entre menores se han producido en la provincia de Zaragoza, a cuyo servicio provincial han llegado 17 reclamaciones, mientras que dos se han registrado en Huesca y uno en Teruel. No obstante, el Servicio Provincial de Educación de Zaragoza sólo ha considerado como acoso, de carácter leve, dos de los 17 planteados. El resto ha estimado que son sólo problemas de convivencia.
Entre todas estas situaciones, se dan presuntos maltratos psicológicos o físicos. En la resolución de estos conflictos, se observa que muchas veces se denuncian como casos de acoso situaciones que no lo son, aseguran desde Educación del Gobierno de Aragón. Por ello, el departamento quiere aclarar la definición de acoso escolar o «bullying», que es un tipo de violencia entre iguales sobre el que se está investigando mucho.
«Indefensión y prepotencia»
Aseguran que, para que se considere como tal, «las malas relaciones deben ser persistentes en el tiempo y estar bajo un sistema de no reciprocidad; entre agresor y víctima debe existir un desequilibrio de poder físico, psicológico y social, de forma que connotaría indefensión para la víctima y prepotencia para el agresor; también existe intención de hacer daño, aunque se niegue».De hecho, creen que en muchas ocasiones se confunde el «bullying» con el enfrentamiento verbal, o incluso físico, de un niño o joven hacia otro compañero, y que cualquier tipo de manifestación violenta es denunciada como tal y posteriormente, en algunos casos, el análisis de la situación refleja que no lo era.
En opinión de Carmen Martínez, «los conflictos en las aulas son sólo el reflejo de lo que pasa en la sociedad del siglo XXI, pero la escuela los está resolviendo». Por ello, considera que «hay que ser muy cuidadosos con los mensajes que mandamos a los estudiantes». Carmen Martínez subraya que la escuela, además se trasmitir conocimientos, tiene que educar.
Los casos que llegan a los servicios provinciales de Educación son los menos, puesto que los centros educativos tienen recursos propios para solucionar problemas. De hecho, 80 de los 350 centros de Infantil, Primaria y Secundaria de toda la Comunidad Autónoma desarrollan el Plan de Convivencia en las aulas. Según explica Carmen Martínez, los docentes reciben formación específica en los Centros de Profesores y Recursos o incluso en sus propios colegios o institutos, en los que también se trabaja directamente con los alumnos.
El citado plan, que se puso en marcha el pasado curso, pretende diagnosticar la situación actual para identificar y analizar los conflictos más frecuentes, sus causas, quiénes están implicados en ellos y de qué forma inciden en el ambiente del centro. De esta forma, pueden responder a estas situaciones implicando al profesorado, al alumnado, el personal de administración y servicios, e incluso a las propias familias.
Aunque Educación no considera como un caso de violencia escolar la que no sucede dentro de los centros educativos y al margen del horario escolar, a través de estos planes también se interviene cuando se produce fuera del recinto.
En el momento en que se produce una situación de violencia, se abre un expediente disciplinario, se nombra a un instructor, a veces del propio centro o del servicio provincial, que investiga el caso. Una vez redactado el informe se lleva al consejo escolar.
Resolver y asesorar
En el caso de la provincia de Zaragoza, hay dos inspectores de referencia que trabajan exclusivamente sobre la violencia escolar. Sin embargo, su tarea no es sólo la resolución de conflictos, sino el asesoramiento a los centros docentes. Coordinan el seguimiento de las situaciones y la dotación de recursos humanos de los casos que se denuncian.Por otro lado, Educación firmó el curso pasado un convenio con la Delegación del Gobierno en Aragón para establecer una colaboración directa entre los docentes de los centros educativos y la Policía, de forma que en caso de necesitar la intervención de los agentes, se agilice el proceso. De hecho, la directora general de Política Educativa recordó que en virtud de este acuerdo se había puesto vigilancia en las proximidades de algunos institutos a la hora del recreo para prevenir el tráfico y consumo de drogas.
SOBRE LA VIOLENCIA ESCOLAR
Abós asegura que la violencia hay que buscarla en el origen de la vida de cada alumno
La consejera de Ciencia, Tecnología y Universidad del Gobierno de Aragón cree que a un niño, «de repente, no se le ocurre» ser violento, sino que viene condicionado desde muy pequeño.
EFE. Zaragoza | La consejera de Ciencia, Tecnología y Universidad, Angela Abós, aseguró este jueves que la causa de los comportamientos violentos hay que buscarla en el «origen de la vida de los alumnos» y para hacer frente a este problema es precisa la implicación de todos los estamentos de la sociedad.Así lo explicó Abós a los medios de comunicación antes de inaugurar el primer Foro de Innovación y Aprendizaje (FIATE), que estos días se celebra en Zaragoza, al ser preguntada sobre los últimos casos de violencia escolar que se han dado en Aragón. «La violencia hay que buscarla en el origen de la vida de ese alumno», es decir, que a un niño «de repente no se le ocurre» ser violento, sino que viene condicionado desde muy pequeño, aseguró.
«No hay que alarmarse»
No obstante, consideró que no hay que alarmar a la sociedad, ya que «porcentualmente la violencia es poquísima» y en este sentido agregó que lo que hay que impedir es que exista un ambiente donde la violencia sea posible, indicó.Para conseguirlo, precisó, es necesaria la implicación de todos los estamentos, de familias, centros, administración educativa y alumnos ya que forman un todo inseparable y ese, dijo, es el gran reto de la educación española en estos momentos.Por su parte, el director de las jornadas y de la Fundación Juan de Lanuza, encargada de la organización del evento, Manuel Férriz, insistió en que «hay que ser cautelosos» porque hay poco casos reales de violencia entre la población educativa española. A su juicio, un mayor control y autoritarismo puede generar más violencia por lo que sería necesario articular, con la participación de todos, los intereses y motivaciones diversas de los alumnos.
Precisamente, los diferentes métodos para fomentar esos intereses y motivaciones es una de las cuestiones que se plantearán en el foro FIATE, que se prolongará hasta el próximo día 11, recordó Férriz.
Durante estos tres días, expertos en enseñanza y aprendizaje de distintos países expondrán los procesos de enseñanza en los centros educativos con el objetivo de mejorar los niveles de éxito académicos y mejorar los niveles de convivencia en los centros.