¡Pobre escuela!
EL DÍA DE CÓRDOBA / 15-10-06
El curso pasado, el ministro del Interior estada preocupado por el menudeo de droga en el entorno de los centro escolares. Y, por eso, elaboró un plan en el que participarían 3.120 policías y guardias civiles, con el respaldo de CEAPA y CONCAPA, pero sin nombrar para nada a los maestros. Ya los maestros no tendrían que informar sobre la droga y sus consecuencias, porque la policía evitaría que aquella llegara a manos de los alumnos; los educadores no tendrían que promover la autoestima personal que nos lleva a no necesitar aditivos tóxicos para enfrentarnos a la vida porque los guardias vigilarían el consumo de estupefacientes y nadie caería en ellos…
Del mismo modo, los docentes no tendrían que enseñar a decir que no, porque la policía estaría pendiente de las entradas y salidas de clase para evitar el menudeo de droga a la hora de más movimiento de jóvenes; los alumnos no tendrían que preguntarse nada acerca de los peligros con que se han de enfrentar en la vida, porque el Ministerio del Interior ya tiene su Plan Estratégico de Respuesta Policial; los jóvenes no caerían en la cocaína a los 15 años y ocho meses ni en la heroína a los 14 años y cuatro meses, porque las patrullas de seguridad ciudadana ya tienen como prioridad la vigilancia de las zonas escolares calientes; los padres podrían ya despreocuparse, pues la presencia policial haría imposible que sus hijos entraran en contacto con realidad alguna distinta del purísimo «entorno de convivencia seguro y saludable» que serían los colegios a partir de ahora. El miedo como terapia. No la asunción de los problemas de fondo.
Y todo sin contar con los maestros. Y todo sin citar siquiera la palabra educación. Y todo con la represión.
¡Pobre escuela! Donde los guardias de seguridad de empresas privadas, por supuesto sustituyen a los tradicionales bedeles, o donde monitores de tiempo libre de empresas privadas, por supuesto– sustituyen a los viejos regentes que gobernaban los centros en ausencia de los maestros.
¡Pobre escuela! Que no tiene un ministro de Educación que la proteja, sino un ministro del Interior que reprime; que carece de un ministro de Educación que crea en la fuerza educadora del maestro, sino un ministro del Interior que deposita su confianza en la capacidad represiva de la policía.
Aunque ahora que lo pienso, lo mejor sería que sacáramos a los maestros preparados para enseñar/educar que tenemos convertidos en guardianes del orden constantemente alterado por quienes no se ven dentro de una escuela y los sustituyéramos por verdaderos policías preparados para guardar el orden sin tener que enseñar/educar.
Juan p. gutiérrez. (Córdoba).