Posición de FAPAR ante el documento del Pacto Social y Político por la Educación

En una sociedad democrática como la nuestra, la pluralidad de opiniones e intereses es variada y amplia, a veces incluso entran en competencia directa y lo que defienden unos lo denostan otros. Pero cuando hay un problema que todos percibimos, todos deberíamos ser capaces de ponernos de acuerdo en adoptar las medidas necesarias para su solución. Coincidimos ampliamente en el diagnóstico del problema de la educación (con muchos matices, es cierto) y por lo tanto todos deberíamos hacer el esfuerzo de ponernos de acuerdo en aquello fundamental que permita a nuestros niños y jóvenes un desarrollo personal y la adquisición de la formación, a todos los niveles, que les permita afrontar su futuro, el que queremos para nuestra sociedad, con garantías de éxito.
No podemos perder de vista que lo primordial de todo este debate ha de ser que el resultado final consiga la mejora en el proceso educativo de todos los ciudadanos, que redunda en una sociedad mejor formada. Nuestro sistema educativo se ha incorporado no hace muchos años a las evaluaciones internacionales que comparan el rendimiento académico de nuestros escolares con los de nuestro entorno y sus resultados no son nada satisfactorios, antes al contrario, nos distancian de ellos. La tasa de abandono escolar o de fracaso, son lo suficientemente elevadas como para que asumamos que se han de tomar decisiones que mejoren considerablemente esta situación. A pesar de lo dicho y reconociendo esta realidad, no compartimos el nivel de catastrofismo con el que algunos catalogan nuestro sistema educativo, ya que nosotros hemos recorrido un largo trecho en un tiempo récord y mientras nuestros vecinos ya hablaban de mejoras en los resultados académicos de su alumnado, nosotros no teníamos aún escolarizada, ni siquiera alfabetizada, a una parte importante de nuestra población.
Hace meses que el Ministro de Educación habla del Pacto, entendiendo éste como un acuerdo que suma en lo posible y aparca lo innegociable, permitiendo de esta forma la no renuncia a las particularidades ideológicas de cada organización; igualmente subraya la necesidad del mismo y la importancia que tiene colocar en el centro de todo, la educación. Valoramos muy positivamente el debate que se ha creado, en el que todas las Federaciones a través de nuestra Confederación hemos tenido la oportunidad de participar activamente. Nos encontramos ahora ante un documento definitivo que debemos valorar para decidir si nos sumamos a esta firma o no, pero, siendo el resultado final sin duda fundamental, nuestra Federación aprecia en su medida el hecho de que el Pacto nos haya servido para hablar de la formación de nuestros hijos e hijas durante estos meses, ayudándonos a poner en común reflexiones sobre este tema.
Probablemente nos encontremos en uno de los momentos históricos más importantes para el sistema educativo y por lo tanto para nuestra sociedad, en la que es básica la formación, por lo que como representantes de todas las familias de la Escuela Pública, debemos asumir la responsabilidad de ponerles voz para que nuestros intereses, los de todas ellas, estén presentes en el desarrollo de un Pacto como el presente, que tiene que dar respuesta a las nuevas necesidades en materia de educación que la actual sociedad demanda.
Antes de analizar brevemente el documento para manifestar nuestra posición, hemos de decir que no es el que FAPAR hubiera elaborado. Pero decir esto no es decir nada nuevo, como no lo será para ninguna de las organizaciones que han participado en este debate. Las aportaciones de FAPAR son ya conocidas y han sido ampliamente explicadas. Defendemos y trabajamos por una Escuela Pública plural, integradora, laica y de calidad y ése seguirá siendo nuestro objetivo como organización. Entendemos que si se va a tender a lograr el objetivo señalado, de la mejora del sistema educativo, no se hará contra ninguno de nuestros principios elementales. Poder trabajar conjuntamente con todos los sectores de la comunidad educativa, debería suponer una ventaja que sirviera de garantía para alcanzar la meta común que todos perseguimos, sin que eso implicase que cada uno de los sectores deba renunciar a aquellas cuestiones que le son propias y que defienden intereses particulares y legítimos de cada uno de ellos.
El Ministro ha ido presentando diferentes documentos, fruto de las aportaciones, reuniones, foros y negociaciones que ha tenido con cada uno de los sectores. Desde nuestro punto de vista, entre el primer documento y el último ha habido algunas modificaciones, avances en la mayoría de casos y algún retroceso también. Repasaremos algunas de las cuestiones que hemos planteado y cómo entendemos nosotros que se han recogido, teniendo en cuenta que el principal foco de atención debe centrarse fundamentalmente en el alumnado.
Desde FAPAR ya dijimos en su momento que este Pacto no podía servir de excusa para reabrir el debate de la LOE, porque esta Ley estaba aprobada y en vigor desde hace cuatro años y lo que a nosotros nos parece fundamental es que se aplique y si son necesarias modificaciones, que se justifiquen y se aborden. Tampoco cuestionamos desde nuestra Federación el sistema de Autonomías existente en nuestro modelo de Estado, considerando que lo que debe primarse es la aplicación de la norma básica y común para todos, dado que es una Ley marco y de obligado cumplimiento y que por lo tanto, lo que deben es arbitrarse los mecanismos necesarios que garanticen ese cumplimiento.
En nuestra organización no nos cuestionamos que la Escuela Pública debe ser el eje vertebrador del sistema educativo, por ser ésta la verdadera garante de una escolarización equitativa e integradora. Pero, teniendo en cuenta que, las diferentes leyes educativas que ha habido en nuestro país han concluido que la educación es un servicio público y que la LOE pone de manifiesto que éste ha de ser atendido por los centros públicos y los privados concertados, como se indica ya desde su Preámbulo o en su artículo 72, nos parece que debemos trabajar por conseguir que nuestra red, la pública, tenga los medios que necesite para que pueda cumplir con ese cometido en las mejores condiciones posibles. La pluralidad de centros no debe ir más allá de la existencia de los públicos y los privados concertados, mientras que la pluralidad en los centros es lo que debe garantizarse desde las instituciones. Que todos sepamos que la red concertada no está cumpliendo hasta la fecha con la premisa de distribución equilibrada del alumnado, por ejemplo, no debe hacernos desistir para que eso se cumpla, tal como indica la LOE y como se recoge también en el Pacto (Preámbulo, Objetivo 7…). Tampoco vamos a renunciar a que se cumpla la LOE en su artículo 88, cuando se recoge la prohibición expresa de cobros a las familias en los centros. Y nos parece satisfactorio que no se recoja la libertad de elección de centro, sino que se supedite a la programación general de la enseñanza (propuesta 81). Creemos que el debate no debe centrarse en red pública o red concertada, sino en trabajar por nuestros centros públicos y controlando a los centros concertados para que cumplan con la normativa vigente respecto a la escolarización equilibrada (Preámbulo y prop. 81)
Creemos además que se plantean una serie de propuestas muy claras que van encaminadas a reducir considerablemente el nivel actual de fracaso escolar y, puesto que eso es lo básico, nos parece que hay que dar la oportunidad para que se pongan en funcionamiento:
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Para alcanzar la calidad educativa para todos tenemos que fortalecer y reforzar la red de centros públicos, y establecer los derechos y obligaciones de la red de centros concertados. (Preámbulo)
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La escolarización temprana favorece el éxito escolar.
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Hay un compromiso firme de ampliación de la oferta de plazas escolares de 0-3 años (prop. 1 y 2)
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Coordinación entre ciclos y profesorado (prop. 10 y 11)
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Agrupación de materias en 1º y 2º de ESO (prop. 12)
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Repeticiones con apoyos específicos (prop. 7 y 20)
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Ampliación de PCPIS (prop. 21 y 22)
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Ampliación de refuerzos (prop. 9, 14, 16, 30 y 31)
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Incremento de PROAS (prop. 24)
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Refuerzos en la orientación (prop. 16 y 43)
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Impulso a la FP y flexibilización (pasarelas) de la enseñanzas (objetivos 3 y 4)
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Detección temprana de problemas (prop. 3), colaboración con Salud (prop. 3), apoyo a alumnado con altas capacidades (prop. 26), atención a la diversidad (prop. 132 y 133) y educación inclusiva (objetivo 2)
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Impulso a las TICS y el aprendizaje de idiomas (objetivos 5 y 6)
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Formación inicial y permanente del profesorado, así como mejoras en los procesos de selección (prop. 119, 122, 123 y 124)
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Procesos evaluativos como indicadores del proceso educativo, pero no sólo del alumnado sino también de los centros.
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Autonomía de los centros, que les permita organizarse de la mejor manera en función de las características del alumnado que tengan (prop. 85), pero no se trata de una autonomía indefinida, sino sometida a evaluación y control (objetivo 7)
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Formación a lo largo de toda la vida
En cuanto al tema de la doble opcionalidad de 4º, el planteamiento que se recoge en el Pacto difiere bastante del que en su día se hizo en la LOCE. En primer lugar porque allí se planteaban dos itinerarios desde 3º muy diferenciados y tres en 4º. Si bien las palabras “opción” e “itinerario” no son las mismas, es cierto que el resultado final podría serlo. Para ello es importante que en la concreción de esta propuesta quede clara la opcionalidad y se garantice que no servirá para establecer una selección de alumnado, sino para posibilitarles una mejor elección y garantizarles la formación más adecuada en cada caso. En segundo lugar, el espíritu de la LOCE poco tiene que ver con el espíritu de la LOE y no dudamos que el planteamiento del Pacto guarda mayor relación con la segunda que con la primera.
Otro de los aspectos clave para nuestra Federación y que reivindicamos permanentemente es el de la participación de las familias en el sistema educativo, como un indicativo más de calidad del mismo. Nos hubiera gustado que se recogiesen propuestas más concretas en este apartado, porque realmente creemos que nuestra participación garantiza la democratización de los centros y contribuye a mantener una sociedad libre. Sin embargo, vemos que se han dado algunos pasos para avanzar en esta dirección cuando en la propuesta 137 se indica que se va a “promover la normativa necesaria para fomentar los cauces de participación de los padres y madres del alumnado en todos los niveles educativos, así como su asociacionismo”. Tenemos aún un camino largo por recorrer, pero podemos hacerlo y no será obstáculo para ello firmar un documento en el que no se recogen las legítimas reivindicaciones que en el apartado de participación tenemos las Federaciones de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos.
Señalar el carácter real y no sólo teórico que tiene el hecho de que el Pacto vaya acompañado de una memoria económica, lo que garantiza su financiación. Todos sabemos que la educación cuesta mucho dinero aunque no sea cara y la experiencia nos indica que las propuestas si no se concretan y materializan, no pasan de ser una buena declaración de intenciones.
Finalmente decir que el último documento del Pacto ha incluido una novedad importante: los anexos específicos para cada sector, que son los que se firmarán si se considera que se debe dar el apoyo al documento y que establecen los compromisos que cada sector asume en la firma del documento.
Desde FAPAR creemos que tenemos que firmar el Pacto Social y Político por la Educación, presentado por el Ministro de Educación el 22 de abril de 2010. La firma de este documento, por una parte nos coloca en la posición responsable de querer trabajar por el objetivo reconocido por todos de la imprescindible mejora de nuestro sistema educativo. Por otra parte no nos limita en las reivindicaciones particulares que nuestra Organización tiene y que no han sido recogidas en este documento y que, por tanto, podemos seguir haciendo siempre que lo estimemos oportuno; consideramos que es más difícil justificar que las familias de la Escuela Pública no estamos por mejorar el sistema educativo que explicar que no renunciamos a seguir pidiendo aquellas cuestiones que forman parte de nuestras legítimas reivindicaciones. Finalmente, firmar el Pacto nos permite estar presentes en la Comisión de Seguimiento del Pacto lo que nos posibilitará participar activamente en la implantación y evaluación de las propuestas.
Junta Directiva de FAPAR
6 de mayo de 2010
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