Pronunciar bien la lengua materna facilita el aprendizaje de idiomas
TRABAJO SOBRE NEUROCIENCIA COGNITIVA.
La clave está en saber distinguir los fonemas, según un grupo de expertos.Los resultados avalan la importancia de la vertiente oral en el estudio lingüístico.
PERIÓDICIO DE ARAGÓN 14/10/2008 OCTAVI PLANELLS
Aquello de «no tengo oído para los idiomas» no es nada banal. Un estudio del Grupo de Investigación de Neurociencia Cognitiva del Parque Científico de Barcelona que publica hoy la revista PNAS revela que algunas personas muestran una mayor dificultad que otras para distinguir y reproducir los sonidos propios de las lenguas –los fonemas–.
El trabajo demuestra que los individuos capaces de entender una segunda lengua como si fueran nativos no tienen problemas para distinguir los sonidos de su propia lengua. Parece una obviedad, pero el estudio evidencia asimismo que las personas con dificultad para aprender un segundo idioma tienen ciertas dificultades para distinguir los fonemas de su propia lengua materna.
Los resultados ponen de relieve la importancia de la vertiente oral del lenguaje en el aprendizaje de un idioma. «Aunque tu vocabulario y gramática en inglés sean excelentes, puedes tener muchos problemas para entenderlo de oídas», argumentó ayer Albert Costa, de la Universidad de Barcelona y uno de los autores del trabajo. Así, las personas menos predispuestas a identificar los fonemas requerirán profesores de idiomas que enfaticen la pronunciación. «El énfasis no se pone con profesores de inglés que son españoles», añadió Costa. El estudio avala su postura y echa por los suelos la creencia de que para aprender palabras la pronunciación no importa.
HISTORIA LINGÃœÍSTICA
El autor acla- ró que el estudio pretende explicar por qué dos personas que comparten la misma historia lingüística muestran diferencias de habilidad a la hora de percibir un lenguaje. Para ello, los autores seleccionaron a 126 estudiantes universitarios con una historia similar: todos ellos pertenecen a familias castellanoparlantes y todos ellos aprendieron también una segunda lengua, el catalán, cuando iniciaron el parvulario.
POTENCIAL DE DISPARIDAD
Los investigadores seleccionaron a 31 estudiantes que clasificaron en dos grupos: los que mejor y peor percibían los fonemas del catalán. Luego midieron la respuesta de su cerebro a estímulos auditivos. Ante un cambio de sonido –por ejemplo al pasar del sonido a al sonido o– el cerebro humano muestra un pico de actividad que los expertos denominan potencial de disparidad.
Este potencial fue idéntico entre ambos grupos cuando se los sometió a la audición de tonos no lingüísticos. Pero al realizar el mismo experimento con fonemas de la lengua materna de los voluntarios –el castellano–, la respuesta fue mayor en las personas que mostraban menos problemas para su segunda lengua –el catalán–. «Los que son buenos en la segunda lengua evidencian una amplitud mayor también en su lengua materna», aclaró Costa. Estos son los que tienen oído por los idiomas.