Respuesta de FAPAR al ataque gratuito de STEA
A/A del Secretariado de STEA-INTERSINDICAL
En respuesta a la nota emitida y firmada por el Secretariado de STEA-INTERSINDICAL en el que se alude en varias ocasiones a la organización que presido quiero trasladarles lo siguiente.
Lamento profundamente el escrito emitido con fecha 11 de abril de 2016 por STEA que supone un desprecio y ataque absolutamente gratuitos hacia FAPAR.
Quiero recordarles que esta organización tiene casi cuarenta años de historia, que aglutina a la inmensa mayoría de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado de centros públicos de esta Comunidad, y por ello, a la inmensa mayoría de familias y que tiene entre sus principios la defensa de la Escuela Pública sin intereses sectoriales, laborales, políticos, religiosos, económicos u otros, y cuyo único fin es garantizar una educación pública de calidad para tod@s.
Esta Federación no ha considerado nunca que la discrepancia fuera un problema y, quienes formamos parte de ella, y somos much@s l@s que hemos ido aportando nuestro granito de arena a lo largo de su historia de forma voluntaria y altruista, siempre hemos mantenido el debate y la opinión desde el respeto y la educación como herramientas indispensables en una organización que debe dar ejemplo de ello. Por eso, hemos tenido siempre claro que es prioritario construir entre todos y avanzar pensando en la Escuela Pública que queremos para nuestros hijos e hijas y en particular en momentos en los que las políticas de recorte y ataque a la Escuela Pública nos han impulsado a sumar fuerzas y no restarlas, y en Aragón especialmente en vísperas de un pacto educativo en el que estamos trabajando de forma conjunta.
A lo largo de nuestra historia hemos abordado numerosos y controvertidos asuntos, en los que hemos tenido alguna discrepancia y muchos encuentros, si bien ninguno ha sido tan apasionante y apasionado como el del modelo de jornada, en el que nos separa de su organización, y otros sindicatos, la posición respecto al mismo, sin que ello debiera suponer más que eso: una discrepancia.
No podemos entender qué es lo que da motivos a STEA para atacar de manera reiterada a FAPAR. Ataques que hemos soportado desde el anuncio por parte del Departamento de Educación de la apertura de un proceso de debate para desarrollar la normativa que permitiera, mediante la elaboración y aprobación de un proyecto educativo, la posibilidad de que los centros modificasen su actual horario lectivo con el paso de jornada partida a jornada continua, y ataques que han culminado en la nota que ese Secretariado STEA-INTERSINDICAL emitió el pasado 11 de abril de 2016 y en la que acusa a FAPAR de:
- Imponer de facto esa normativa
- Posición interesada
- No representar la diversidad de opiniones de las familias
- Normativa elaborada a imagen y semejanza de esta organización
- Antidemócratas
FAPAR no ha impuesto nada, no está entre nuestras competencias elegir el modelo de jornada, como no lo está el de planificar la educación, sencillamente porque eso corresponde a la Administración.
FAPAR tiene a gala ostentar la representatividad, absolutamente legítima y legitimada, de la inmensa mayoría, como ya se ha dicho, de familias con hijos e hijas en edad escolar de Aragón, lo que no significa que nuestras familias, diversas y plurales, afortunadamente, entre otras cosas porque eso es la Escuela Pública, diversa y plural, opinen todas igual y en todo igual y además en todo de forma coincidente con la Federación. Como suponemos ocurrirá entre los afiliados de STEA y en cualquier organización con base democrática, como la nuestra.
Si FAPAR hubiera diseñado una normativa para modificar los horarios, STEA puede estar seguro de que no hubiera sido esta. Que la Orden que regula los cambios de horarios en los centros no satisface a nadie es evidente, pero eso no nos hace atacar a nadie ni saltarnos la norma existe. No al menos a FAPAR, que seguirá trabajando para modificarla, desde la participación, el diálogo y el profundo respeto que sentimos hacia todos los sectores y colectivos.
Acusar a lo que se denomina en su nota de prensa una “minoría” de ser una dictadura, solo define a quien emite tal acusación, recoge comentarios carentes de reflexión y alimenta la crispación y el desencuentro en los centros educativos, donde si algo debiera imperar y por algo debiéramos trabajar todos es por una convivencia en armonía.
Mi organización, y yo personalmente, no asumimos que como justificación de este ataque se quiera defender la libre elección de jornada por parte de las familias y que a la vez se escatime, regatee y tenga miedo a la participación de estas. Porque si esto no fuera así,
- cómo explicar que STEA hace dos años estuvo de acuerdo en que esta decisión deba adoptarse por parte de las familias y con una mayoría cualificada y ahora, llegado el momento, cuestione la mayoría cualificada y prefiera que esta sea simple (ver resumen de la mesa sectorial del 4 de diciembre de 2015) argumentando que el referente de participación de las familias es muy bajo en las elecciones a consejos escolares;
- cómo justificar que se exija un voto por familia y no por padre y madre, cuando el único referente de voto es el de los consejos escolares y en ellos tienen voto ambos progenitores o representantes.
Porque parece que STEA más que defender la libre elección de jornada por parte de las familias, lo que persigue realmente no es dar voz a las familias sino utilizarlas y buscar la forma más fácil para que todos los centros tengan la jornada continua, evidenciando como sindicato representante de los trabajadores de los centros su interés laboral, tan particular como legítimo, que jamás hemos cuestionado desde nuestra organización, pero que entendemos no debe primarse, ni siquiera interponerse, con el funcionamiento de los centros educativos.
Quiero recordar a ese Secretariado que fue en la mesa sectorial del 11 de enero de 2016 donde se fijaron las condiciones del borrador de la Orden en las que se acordó unilateralmente con los sindicatos que el porcentaje de voto se fijaba en el 55% y que habría un único voto por familia, pese a que en el mes de diciembre se había hablado de voto de padre y madre y, o bien fijar participación (70%) o bien 3/5 partes de censo de familias y quiero recordar también que, es en el informe que elabora el Consejo Escolar de Aragón, máximo órgano consultivo con representación de toda la comunidad educativa, donde se asumen esas modificaciones. No voy a entrar en los detalles por los que se produce ese cambio, puesto que su representante en Consejo Escolar de Aragón los conoce, entonces… ¿acaso STEA justifica que los informes del CEA no sean atendidos por la Administración?, porque es precisamente ese ninguneo del Consejo Escolar de Aragón el que tanto STEA como FAPAR y otras organizaciones hemos venido denunciando en los últimos años; entonces, ¿por qué STEA preferiría que el Departamento de Educación hubiera desoído el informe del Consejo Escolar de Aragón en este asunto?.
Ante todo, no es mi organización quién para dar lecciones de democracia y participación a nadie, ni yo lo pretendo, pero lo que no puedo admitir es que se trate de antidemócrata a FAPAR por participar en el proceso de elaboración de esta o cualquier norma, respetar las opiniones de los demás y defender la Escuela Pública.
Tampoco puedo admitir que se utilice a FAPAR como blanco fácil para volcar la frustración de quienes querían un cambio de jornada por encima de todo, desoyendo una norma que quiero recordar a ese Secretariado, STEA no rechazó en la mesa sectorial del 11 de enero de 2016, alimentando a quienes están despreciando los órganos democráticos de los centros, claustros y consejos escolares, al cuestionar y no respetar las decisiones que estos adoptan e intentando causar un daño irreparable, no solo a mi organización, sino a las familias a las que representa y a la Escuela Pública en general.
Por ello, les pido que reconozcan el error cometido y lo rectifiquen, para poder seguir trabajando juntos por una Escuela Pública de tod@s.
Zaragoza, a 18 de abril de 2016
Flor Miguel Gamarra.
Presidenta de FAPAR