Sólo un cambio en la educación global resolverá la crisis.
El destacado académico internacional, Dr. Michael Laitman, profesor de Ontología y Teoría del Conocimiento, propone a los Jefes de Estado acciones para un cambio colectivo de consciencia que promueva la unificación global como única salida a la crisis mundial.
De acuerdo al Dr. Laitman, el camino hacia una solución definitiva de esta crisis radica en un giro de la opinión pública y la creación de un sistema educativo acorde a los nuevos tiempos.
La carta abierta para los dirigentes del G-20 ofrece un plan detallado y concreto y está publicada en su blog personal: www.laitman.es
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Estimados miembros del G-20,
Esta carta se ha elaborado a partir de la sincera preocupación por el futuro de la humanidad. Se les está dirigiendo a ustedes, pues vuestro liderazgo en estos difíciles tiempos de crisis ha demostrado patentemente ser la única entidad en la actualidad con la habilidad y el compromiso de conducirnos hacia nuestra salida de estas aguas turbulentas en las que estamos navegando, y promover un cambio permanente que permita a todos los seres del mundo, independientemente de su raza, sexo, nación o religión, vivir una vida buena y tranquila, sana y segura.
Antes que todo, permítanme expresar mi más profundo reconocimiento por el esfuerzo monumental que han estado realizando, a nivel nacional e internacional, en los intentos por encontrar la vía de solución de esta crisis multidimensional que estamos padeciendo hoy día. Tal y como varios de vuestros miembros han estado clamando en los últimos meses: la particularidad de esta crisis yace en el hecho que se trata de una crisis global y por lo tanto, requiere de una solución global.
No obstante, antes de tratar el tema de la solución, permítanme ofrecerles mis observaciones respecto a la verdadera causa de esta crisis, producto de un profundo y laborioso estudio acerca de la situación.
La raíz subyacente de la crisis:
El ego se ha tornado global
El análisis de la historia humana revela que la fuerza motivadora del ser humano ha sido siempre su deseo egoísta, evolucionando de generación en generación. Mientras más creció el ego, más elaboradas y sofisticadas han sido las formas y los medios que hemos desarrollado para satisfacerlo.
Sin embargo, en el siglo presente, han cambiado las reglas del juego. De un estado en el que cada persona se iba desarrollando de una manera individual, preocupándose sólo por su familia o en última instancia, por su comunidad, nos despertamos un día dentro de una burbuja –la pequeña aldea global- en la que de pronto, nos vemos forzados a tomar en cuenta a todos los demás; ya que de hecho, estamos totalmente interconectados e interdependientes, por no decir atados…
El ego que en el pasado estimulaba a cada persona por separado a perseguir sus metas e intereses personales, se ha vuelto un ego global, conectándonos a todos nosotros en lo que parece un inmenso engranaje.
Desde el momento en que nos volvimos un solo sistema global e integral, nuestro sustento y bienestar individuales, inevitablemente se han vuelto sujetos a la responsabilidad mutua entre todos los elementos de este organismo humano, como en cualquier otro sistema cerrado. Es como si toda la humanidad estuviese navegando en un mismo barco; únicamente falta que uno de nosotros decida hacer un agujero en el barco para que todos nosotros nos encontremos sumergidos en el agua.
Por consecuencia, nos encontramos frente a un problema de carácter desconocido: mientras los lazos y las relaciones entre todos nosotros se han vuelto integrales y recíprocas, nosotros mismos seguimos tratando los unos a los otros –consciente o inconscientemente- de una manera ego-céntrica; o sea, como naciones o seres separados y no como una sola humanidad. Y es allí donde se halla el factor causante de la crisis.
La vía de solución:
Un sistema educativo exhaustivo
El sistema humano integral requiere de la participación consciente y voluntaria de todos los seres humanos. Los lazos de dependencia entre nosotros nos están forzando a asegurar que cada uno de nosotros conozca este sistema y actúe responsable y recíprocamente hacia todos los demás. Esta idea no es tan difícil de aceptar por ser tan obvia. Sin embargo, tendremos que unirnos en nuestros intentos de implantarla y reforzarla en nuestra consciencia pues nuestra tendencia humana innata nos impulsa a dejar la responsabilidad en manos de otros.
Por lo tanto, la solución de la crisis requiere de un cambio colectivo de consciencia. Es decir, reconocer el hecho que en la civilización integral de nuestra familia global, el destino de cada uno de nosotros depende estrechamente de nuestra actitud hacia todos los demás.
Tal y como hemos establecido un sistema educativo que capacite a nuestros hijos para la vida, así tendremos que establecer un sistema explicativo global que prepare a todos los seres humanos para la vida en el nuevo mundo global, basándose en el principio “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, compartido por todas las religiones.
Tan pronto comencemos a organizar tal sistema, sentiremos de inmediato el inicio del proceso de recuperación en la sociedad, ya que al sólo reconocer e identificarnos con las leyes del mundo nuevo, se formará una nueva clase de relaciones entre nosotros: la responsabilidad mutua.
En cuanto a los sistemas políticos y económicos, no habrá necesidad de reconstruirlos, ya que se irán reformando y adaptando a medida que vayamos asimilando el principio de las relaciones recíprocas entre nosotros. Es decir, que si la gente tan solo reconociera su interdependencia e interconexión global las infraestructuras lo reflejarían y se adaptarían automáticamente.
¿Por dónde empezar?
El ser humano es producto de la opinión pública, la cual dirigida apropiadamente podrá ayudarle a construir una nueva escala de valores que le oriente en su vida en el nuevo mundo global. Por lo tanto, recomiendo tomar los pasos detallados a continuación:
· Establecer un centro educativo internacional apolítico sin fines de lucro que reúna a los más renombrados expertos del mundo en ciencias naturales y sociales. Estos especialistas desarrollarían materiales explicativos variados sobre la nueva fase de nuestro mundo y las nuevas reglas que se están manifestando en la actualidad, y colaborarían con los medios masivos para propagar sus observaciones.
· Crear un equipo de asesoramiento gubernamental que se dedique a promover planes y programas que incrementen la consciencia social en la era global, en colaboración con los medios de comunicación.
· En paralelo, iniciar una campaña respaldada por los gobiernos para proporcionar información novedosa y reveladora sobre la magnitud de nuestra interconexión.
· F
acilitar los materiales mencionados arriba a los comités de escuelas para que puedan incluirlos en sus planes académicos respectivos. Al mismo tiempo, incluir una hora diaria en el sistema escolar en la que los estudiantes aborden el tema de las relaciones que deben prevalecer en la era global.
· Otorgar subvenciones y otros beneficios financieros para obras de arte, literatura, teatro, cine, televisión y prensa que estén basadas en la promesa de su beneficio a la sociedad.
Es cierto que los líderes mundiales de hoy se encuentran en un punto crucial en la historia de la humanidad. Sin embargo, es una gran oportunidad de propiciar un cambio fundamental y positivo en el mundo, tomando la batuta y estableciendo un sistema explicativo del cual el mundo está tan necesitado en este momento. Al hacerlo, no sólo estarían manifestando su verdadera preocupación por el bienestar de la humanidad, sino que también la estarían conduciendo hacia éste.
Vuestro liderazgo coincide con mi análisis y convicción -derivados de mis estudios científicos y filosóficos, así como de la dedicada y prolongada observación de la historia humana- que ha llegado el momento de desempolvar el mensaje ancestral que promete que la responsabilidad mutua es al fin y al cabo lo único que podrá llevarnos a pisar tierra firme. Es decir, que el protagonista de todas las incertidumbres -el factor humano- tendrá que cambiar su dirección, sirviendo con la misma intensidad los intereses y el bienestar de su sociedad antes que los suyos.
Estas observaciones reflejan mi sincera preocupación por el futuro de la humanidad, aunada a la de varios millones de mis estudiantes y audiencia alrededor del mundo. Estamos dispuestos a poner nuestros recursos a vuestra disposición, ya sea que encuentren mérito a estas ideas y deseen implementarlas.
Puede que estas ideas parezcan un tanto utópicas, pero estoy convencido que tienen más relevancia hoy en día que nunca. Han de tener en cuenta que esta crisis mundial multidimensional nos ha impactado hasta el punto de hacernos un poco más atentos al mensaje de amor y unidad para crear un mañana mejor y seguro para nuestros hijos.
Atenta y respetuosamente,
Dr. Michael Laitman,
Profesor de Ontología y Teoría del Conocimiento,
Presidente y fundador de Ashlag Research Institute,
Miembro del World Wisdom Council (El Consejo Mundial de la Sabiduría)