Tres profesores aragoneses reciben el premio nacional de Innovación
Los docentes desarrollan el proyecto «Un mundo de alternativas», en el que enseñan valores a través de la educación física.
FERNANDO LORENTE. Zaragoza | Heraldo
Tres profesores aragoneses reciben hoy en el Consejo Escolar del Estado el primer premio nacional de Innovación Educativa por el proyecto «Un mundo de alternativas», en el que enseñan valores a través de la educación física.
Martín Pinos, Dimas Vaquero y Daniel López diseñaron el curso pasado seis unidades didácticas, dirigidas a fomentar un valor concreto cada una y las implantaron en los seis cursos de Primaria del colegio público María Moliner de Zaragoza. «Los alumnos reciben el proyecto muy bien», explicó Pinos. «En algunas clases, por ejemplo, las de interculturalidad, enseñamos disciplinas poco habituales en un colegio como es el Tai-chi o el yoga. Al principio los chavales se sorprenden, pero luego lo ven como algo exótico y les gusta mucho», añadió Dimas Vaquero.
Los proyectos consisten en utilizar juegos, materiales y cuentos destinados a formar a los niños en la tolerancia, la paz, la solidaridad y el respeto al medio ambiente, entre otros. «Además, es una iniciativa multidisciplinar y que se puede compartir con otros departamentos», comentó Vaquero. Por ejemplo, el profesor de plástica se puede encargar de realizar los utensilios que van a utilizar los alumnos en la clase de educación física.
En estos momentos, según manifestó Pinos, están desarrollando varias actividades destinadas a mitigar el consumismo de la sociedad. «En la Navidad a todos les gusta recibir juguetes. Sin embargo, nosotros intentamos enseñarles que también pueden fabricar sus propios juegos utilizando materiales reciclados como latas, vasos, planchas de metal, cartones…», relató el docente.
Uno de los mayores obstáculos que se encuentran los profesores en la implantación de estas clases son la continuidad de la educación en valores fuera del colegio. «Muchas veces intentamos concienciar a los alumnos del respeto a los demás o del cuidado del medio ambiente pero, al llegar a casa, no reciben los mismos mensajes. Entonces el trabajo no sirve. Las familias deben entender que la educación en valores ha de continuar fuera de la escuela.
Sin embargo, los profesores explicaron que la libertad de la escuela pública también ha beneficiado al proyecto. «No tener una doctrina obligatoria y la diversidad que existe en los centros públicos nos ha ayudado a implantar el sistema», dijeron.
El desarrollo de estas actividades no entra en conflicto con los objetivos propios de la asignatura de educación física, ya que «todos los elementos motores se ponen en funcionamiento».
Un ejemplo para otros centros
El proyecto educativo que han implantado estos tres profesores en el colegio María Moliner es el ejemplo que pone la Consejería de Educación al resto de centros para el fomento de los valores. De hecho, el Departamento ha distribuido entre todos los colegios de Aragón un cedé con todos los datos de estas actividades, así como ejemplos para llevarlas a cabo. «Cada escuela debe analizar su entorno y ver las opciones que tiene. Nuestro proyecto es una base para que los profesores la desarrollen en función de sus características y necesidades», dijo Dimas Vaquero.
El premio de Innovación Educativa es, además, un reconocimiento a que este proyecto es bueno y podría funcionar en el resto del país. «Exagerando un poco, para nosotros es como un premio Nobel», dijo el profesor.