Unas 150 monitoras de comedores protestan ante la sede del Gobierno de Aragón
Este viernes finalizan los tres días de huelga de las monitoras de comedores escolares. Alrededor de 150 de estas trabajadoras han protagonizado una manifestación ante el Gobierno de Aragón protestando por el recorte horario.
EFE. Zaragoza | Unas 150 monitoras de comedores escolares se manifestaron ante la sede del Gobierno de Aragón una jornada mínima de tres horas para poder ofrecer un servicio de calidad a los menores, un horario que, dijeron, pretenden recortar las direcciones provinciales de Educación.
Las monitoras, que caminaban en círculo mientras realizaban pitadas y caceroladas, finalizan este viernes una huelga que comenzaron el pasado miércoles día 20 para rechazar la reducción del tiempo de descanso entre mañana y tarde que proponen las direcciones provinciales.
Con pancartas con lemas como «Mi derecho a trabajar es el de tu hijo a una atención de calidad» y «Lo que no nos pagáis ¿En qué lo gastáis?», las trabajadoras quisieron llevar su protesta a las propias puertas el Gobierno de Aragón, en el Edificio Pignatelli, donde reclamaron una «jornada digna, pero también un servicio de calidad para los niños».
La presidenta del Comité de Huelga, Carmen Brusel, pidió que se les tenga en cuenta a la hora de tomar decisiones, algo que en su opinión no hace Educación, y se preguntó que si tan esenciales son para la Administración que les ha marcado unos servicios mínimos «abusivos» en la huelga «¿por qué no se preocupan de mejorarlo el resto del año?».
Explicó que su trabajo consiste en educar y vigilar a los niños en el acto de comida y desarrollar actividades de tiempo libre en el periodo de descanso. Y agregó que gracias a los consejos escolares de los centros y a la consejera de Educación, Eva Almunia, que aprueban modificaciones de horarios lectivos, el periodo intersesiones está siendo recortado en media y una hora en más del 50 por ciento de los centros y con previsiones de que vaya en aumento en las tres provincias.
Unas medidas que, en su opinión, se traduce en «menor tiempo de descanso para desconectar entre la mañana y la tarde, tanto para los niños de comedor como para los que se van a su casa; turnos de comedor con tiempos insuficientes de comida; ausencia de actividades lúdicas con los niños, al no tener tiempo de prepararlas ni desarrollarlas».