Vacaciones escolares
Finalizado el curso escolar y cerrados los centros, la educación está de vacaciones y, como todos los años, se volverá a hablar de los muchos días de descanso de que disfrutan los escolares, tema de conversación muy socorrido a lo largo del verano.
En septiembre del año pasado, tras el descanso veraniego, la Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos -Ceapa- y la Confederación Nacional Católica de Padres de Alumnos -Concapa- pedían la revisión y redistribución del calendario escolar, sobre todo del periodo de vacaciones de verano porque "es demasiado largo y perjudica el equilibrio educativo de los alumnos".
XORNAL.COM – Opinión – José Castro – 24-06-09
Los presidentes de estas asociaciones querían que se abriera un debate sosegado para hablar de los tiempos escolares, en concreto del largo descanso estival, "tres meses que hacen que muchos chavales pierdan el ritmo totalmente e incluso se aburran", lo que se puede constatar en agosto al encontrar a niños y adolescentes cansados de vacaciones y deseosos de volver a clase para ver a los compas en el entorno normal de un día de clase programado.
El problema no es exclusivo de nuestro país. En marzo, cuando Obama presentaba su reforma educativa rechazaba "un calendario académico diseñado para cuando América era una nación de granjeros que necesitaban que sus niños estuvieran en casa para arar la tierra al final de cada día" y pedía más tiempo de clase "en el verano o a través de jornadas escolares ampliadas para aquellos niños que las necesiten".
Sin duda, este es un problema complejo que no tiene fácil solución porque colisiona con los legítimos derechos de los docentes y choca con unos hábitos vacacionales que se pierden en la noche de los tiempos, lo que da idea de que el calendario escolar es insensible a los cambios que ha vivido la sociedad.
Por eso requiere un debate sereno, no solo para hablar del aumento de jornadas lectivas, sino para buscar soluciones imaginativas que contribuyan a enriquecer el descanso veraniego y ampliar los conocimientos de los escolares que necesitan mucha formación para vivir en una sociedad exigente. Si esas soluciones ayudan también a los padres a conciliar su vida laboral con las vacaciones de sus hijos, acierto pleno.
Estimados Sres./Sras:
Escribo en relación a las vacaciones escolares, creo personalmente, que se debería revisar y redistribuir el horario calendario escolar, sobre todo del período de vacaciones de verano, por considerar que es demasiado largo y perjudica el ritmo educativo de los alumnos.
Tengo entendido que la ley marca un mínimo de 175 días lectivos, que se cubre justito para no tener problemas. Casi cuatro meses de vacaciones es mucho tiempo. (100 días de vacaciones entre verano, semana santa, navidades, semana blanca..).
Ha de considerarse también que las circunstancias han cambiado y hoy en día necesitan trabajar ambos padres para llegar a fin de mes. Los padres, a no ser que se dediquen a la educación, sólo disponen de un mes de vacaciones al año (y no siempre en verano). De este modo es imposible cubrir las vacaciones de los niños, aunque los padres se pongan de acuerdo para no coincidir en vacaciones (cosa que no me parece bien para la convivencia familiar) es imposible abarcar todo el periodo vacacional de los niños.
Las circunstancias ya no son las mismas que hace unos años y los colegios han de adaptarse a estos cambios. En las ciudades grandes los colegios abren fuera calendario escolar con servicio de ludotecas, no sólo tienen una función de educación y de enseñanza en el plazo que la administración obliga, también cumplen una función de ¿guardería?, estos servicios, al menos, en mi localidad, se han de pagar a la organización (a un precio por cierto nada barato); mientras los funcionarios o interinos siguen teniendo los mismos derechos salariales (bastante altos por cierto) y disfrutando de unos 80 días de vacaciones anuales.
Por este motivo, porque los colegios cumplen una función social, deben adaptarse a los horarios del siglo XXI, y no sólo no deben cerrar sus puertas los tres meses del verano, y semanas que la institución educativa actualmente permite, sino que deberían estar abiertos todo el año (pero no a pleno rendimiento, lógicamente), como en cualquier otra institución, y repartirse las vacaciones como cualquier otro trabajador, con los mismos derechos y obligaciones, y teniendo siempre en cuenta el bien para la educación de nuestros hijos referente a todo (horarios partidos o continuos vacaciones y demás.)