Los déficits en la formación del profesorado lastran la educación
El catedrático Manuel de Puelles denuncia un atraso de 40 años.
JORDI CASABELLA. El Periódico de Aragón.
Entre los males que arrastra el sistema educativo español, la ausencia de una «verdadera» política de formación de maestros y profesores ocupa un puesto de excepción. Manuel de Puelles, catedrático de Política de la Educación de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, recordó ayer en el noveno seminario de primavera de la Fundación Santillana celebrado en Madrid que ese déficit se remonta a la ley general de educación de 1970 y que en 1990, con la aprobación de la ley de ordenación general del sistema educativo (LOGSE), los legisladores demostraron no haber aprendido la lección. Ahora, casi cuatro décadas más tarde, tras la aprobación de la ley orgánica de educación (LOE), se quiere poner remedio a aquel descuido.
Puelles denunció que en 1970 «no se sentaron las bases de una buena formación inicial o permanente» que, aunque hubiera tardado «cinco o 10 años» en surtir efecto, hubiese acabado por redundar en una mejora de la educación. «Ni siquiera se vislumbró el problema de que, en el caso de la secundaria, era necesario que el licenciado que se dedicara a la docencia precisara de una formación didáctica, específica, profesional», dijo. Respecto a los maestros, se incorporó la carrera de Magisterio a la universidad, pero se optó por unos estudios más cortos, por una diplomatura en lugar de una licenciatura, en una política que el catedrático calificó de «cortos vuelos».
Cuando se aprobó la LOGSE «se descartó» crear un título universitario de profesor de secundaria. Y se mantuvo la diplomatura de Magisterio, en la que se introdujeron hasta siete especialidades diferentes.
La aprobación de la LOE y la puesta en marcha del espacio europeo de educación superior en el 2010 sitúa a España a las puertas de convertir los estudios del maestro de infantil y primaria en una titulación de grado, al tiempo que se exigirá a los docentes de secundaria la superación de un máster de posgrado.
Yo no hice el CAP por que mi especialidad está exenta pero, tras 10 años dando clase a alumnos de secundaria, no creo que pueda venir nadie a darme lecciones de cómo tratar a mis alumnos. Ni el que hace el CAP como alumno ni el que lo dé como profesor. En todo caso dejo la puerta de mi clase abierta para el que quiera venir a darme clases.
Parece que estamos en una profesión donde vale más un curso en la Universidad (antes CAP, ahora Master) que los años de experiencia.
Y lo peor de todo será que los profesores de Universidad que impartan el Master no habrán dado clase en su vida a alumnos de Secundaria.
¿Se imaginan que enseñara a operar a los futuros médicos alguien que no hubiera operado en su vida?