Según el informe «Jóvenes y Valores» Cuatro de cada diez familias tienen «nula comunicación» entre sus miembros
JESÚS BASTANTE. ABC MADRID.
Cuatro de cada diez familias mantienen una relación de «poca o nula comunicación» entre sus miembros, según el informe «Jóvenes y Valores» de la Obra Social de la Caixa y que aborda las relaciones entre los adolescentes y sus padres, así como el cambio en los valores de la juventud.
El estudio pone de manifiesto la primacía de la denominada «familia nominal», en la que «los padres se muestran cohibidos, miran hacia otro lado ante los problemas y no abordan en profundidad lo que requieren sus hijos».
Para el sociólogo Javier Elzo, uno de los autores del estudio, la «dimisión» de los padres hacia sus hijos hace que éstos encuentren en los amigos «el espacio privilegiado donde se dicen las cosas importantes para orientarse en la vida y generar sus propios valores», muy por encima de la escuela.
Frente a ella, el sociólogo habla de la «familia sobreproteccionista», que engloba a uno de cada cinco hogares en España y que se caracteriza por «colocar a sus hijos en un pedestal, se les mima en exceso y decide todo por ellos». En esta familia, «las relaciones suelen ser excelentes, los conflictos son escasos y la satisfacción de los padres con los hijos suele ser alta y mutua». Para Elzo, aunque este tipo de familia «es una gran transmisora de valores», presenta «problemas en la preparación del hijo para el momento en el que salga de casa».
Modelos contrapuestos
En el informe de La Caixa también se contraponen otros dos modelos de familia: el denominado «familia conflictiva» y la «familia de convivencia». En la primera, que engloba al 15 por ciento del total, se dan «las tasas más elevadas de fracaso escolar, muchas veces asociados al consumo excesivo de alcohol y de drogas», afirma Elzo.
Por ello, los jóvenes de estas familias «generalmente adoptan actitudes y comportamientos voluntariamente contrarios a los que propugnan sus padres, precisamente para marcar distancias con ellos».
En último lugar, el estudio «Jóvenes y Valores» cita la «familia de convivencia», en la que vive uno de cada cuatro jóvenes españoles, y es el más extendido entre las nuevas familias. Se trata, según Elzo, de entornos «donde los dos progenitores trabajan, en el que la búsqueda del acomodo es constante, así como la revisión de las responsabilidades de cada uno de sus miembros adaptándose a las nuevas formas de trabajo y a las necesidades de autonomía de los hijos». Este último modelo, pese a presentar numerosos problemas, «es el que mejor prepara a los hijos para su autonomía» futura.
Y es que, en opinión de los autores del informe, los jóvenes son, en buena medida, producto de lo que viven en sus hogares. El informe concluye recomendando «encontrar espacios de comunicación entre padres e hijos», que les permita «profundizar en temas u opiniones personales». Otro aspecto a tener en cuenta es que los padres de hoy «han de educar sin sermones, participando, con suma discreción, en la vida de todos los miembros de la familia. Es en la complicidad de nuestras vidas, en la gran conversación de nuestras vidas, como hacemos familia».
El informe aborda también el cambio de valores en la juventud. Y los resultados indican que, cada vez más, los jóvenes se implican menos en las causas que dicen defender, incluso en los temas en los que son pioneros, como el ecologismo y el respeto a la naturaleza.