FAPAR NO COMPARTE LOS CONTENIDOS DE LA PASTORAL DE LOS OBISPOS SOBRE LA EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA
Ante la reciente publicación de la pastoral de los obispos aragoneses sobre la Educación para la Ciudadanía FAPAR quiere manifestar lo siguiente:
- La Constitución no es neutral en materia de valores, todo lo contrario. De hecho el art. 27.2 de la Constitución Española dice que: ¿La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades?, y ese respeto pasa por el conocimiento, instrucción y educación en esos principios, derechos y libertades.
- El Estado como garante del cumplimiento de los mandatos constitucionales, está en la obligación de fomentar esa ética pública en la Escuela, que tiene la transmisión de estos valores fundamentales como una de sus funciones prioritarias.
- La transmisión de estos valores éticos debe hacerse al conjunto de los escolares, sin excepción, por tanto debe ser obligatoria, puesto que es un derecho del Estado, que no invade las creencias morales privadas de la familia, antes al contrario garantiza que éstas estén dentro del marco de los Derechos Humanos
- El derecho de las familias de formar a sus hijos no es un derecho absoluto ni exclusivo, pues tiene como límite el cumplimiento de los Derechos Humanos. Si no fuera así, se podría justificar que algunas familias transmitieran a sus hijos e hijas creencias nazis, discriminatorias, xenófobas, sexistas, violentas, etc
- No existe preocupación real entre las familias por esta asignatura, puesto que nosotras estamos demandando que la Escuela nos ayude a formar a nuestros hijos e hijas en estos valores. Se trata de adquirir competencias ciudadanas. ésas que echamos de menos cada vez que las noticias nos asaltan con el consumismo egoísta y la falta de participación de nuestros jóvenes, o el descuido de la educación vial, la sanitaria, la sexual, o el aumento del consumo de drogas, el botellón, las bandas juveniles, el pensamiento extremista destructivo, la violencia callejera…
- El alarmismo que desde algunos sectores se está intentado generar responde a los intereses de la Iglesia Católica, que tradicionalmente ha tenido el monopolio de la formación moral de las personas y que no entiende la separación entre Estado e Iglesia de una sociedad democrática como la nuestra, que necesita ciudadanos libres con capacidad crítica para no dejarse adoctrinar por nada ni por nadie. En ningún otro país de nuestro entorno, donde ya se imparte esta asignatura por mandato de la Unión Europea, las jerarquías eclesiásticas ha querido imponer las creencias de su moral privada en una asignatura, como está sucediendo en nuestro país y en nuestra Comunidad.
- Lamentamos que la Iglesia Católica se erija en portavoz de todas las familias sin tener en cuenta todos los cambios sociales que se han producido en nuestra sociedad y que intente generar conflictos donde no los hay.