UN ESTUDIO PROMUEVE UNA REFORMA EDUCATIVA BASADA EN LA AUTOGESTIÓN DE LOS COLEGIOS
Este trabajo aparece publicado en la última Revista Española de Pedagogía. Investigadores de la Universidad de Murcia (UM) abordan la cuestión de la cooperación entre familia y escuela proponiendo un cambio en la estructura organizativa de la escuela que permita a la familia participar activamente en la gestión de la escuela y hacerse co-responsable del proyecto educativo del centro. El estudio incide en que la familia es un medio indispensable de educación como lugar privilegiado de la experiencia del valor ético.
Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC)
El debate sobre el reparto de la docencia entre el aula y el hogar no es nuevo. El profesorado argumenta que la educación no debe restringirse al espacio ni a las horas de clase, sino que debe tomar un papel integral gracias a la ayuda de las madres y los padres, pero ¿qué aspectos deben repartirse?
Pedro Ortega, el catedrático de la UM que ha dirigido la investigación, argumenta a SINC que “el conflicto abierto por la asignatura Educación para la ciudadanía ha despertado a muchas familias de su prolongado letargo y les ha llevado a ejercer el derecho a participar activamente en la tarea educadora de la escuela”.
En el trabajo, publicado en el último número de la Revista Española de Pedagogía, los pedagogos alertan del hecho de que las familias “empiezan a considerarse clientes, consumidores de los servicios educativos, a los que demandan mayor calidad en los productos. Se limitan a exigir servicios y a elegir los centros que mejor satisfacen sus preferencias”. El entorno afectivo inmediato del estudiante ha delegado, de este modo, en los centros su función socializadora y educadora.
Para los investigadores, el problema de fondo estriba “en la escasa conciencia colectiva de la necesidad de implicación efectiva de las familias en todo el proceso educativo y socializador del alumnado”, y “en la falta de voluntad política para afrontar el cambio que viene reclamando, desde hace mucho tiempo, la vieja estructura organizativa de nuestra escuela”.
El problema, desde el punto de vista pedagógico, tiene dos caras: en primer lugar, la desconfianza de los progenitores con respecto al trabajo profesional de quien ejerce la docencia y, como apunta Ortega, “la resistencia a colaborar en una labor de la que no se sienten co-responsables”. La otra cara de la moneda es, según este estudio, la escasa voluntad del profesorado para implementar mecanismos que hagan posible la participación efectiva de las familias en la gestión de los centros de enseñanza.
Cómo involucrar a las familias
El estudio propone la promoción de la “autonomía efectiva” de los centros para favorecer la “búsqueda de señas de identidad propias de cada centro en función del contexto sociocultural en el que está situado, de tal modo que los proyectos educativos de centro respondan a las necesidades e intereses de los sujetos, y sean estos proyectos de centro los que orienten realmente toda la acción educativa”, afirman Ortega y su equipo.
Existen sin embargo trabas para la aplicación de estas medidas, ya que el actual marco legal de participación de las familias en la gestión de los centros se está mostrando, según los expertos, ineficaz. “La historia de las AMPAS lo atestigua insistentemente”, apuntan desde la Universidad de Murcia.
Para el equipo de investigación, “merecería la pena arriesgarse y ensayar en algunos municipios un nuevo modelo autogestionado de escuela que garantizase los contenidos mínimos curriculares comunes a todos los centros de enseñanza y el respeto a nuestros principios constitucionales”. Esta solución, aseguran, haría posible regirse por normas emanadas de la propia comunidad educativa y seguir un proyecto educativo de centro “que responda a las necesidades e intereses del alumnado y del medio en el que el centro está ubicado”.
Referencia bibliográfica:
Pedro Ortega Ruiz; Ramón Mínguez Vallejos; María A. Hernández Prados. Las difíciles relaciones entre familia y escuela en España. Revista Española de Pedagogía. número 243, mayo-agosto 2009.
Hola,
Es una buena iniciativa pero dudo que funcione por dos motivos principales:
1. Las madres y los padres trabajan, e involucrarse en la gestión de los centros representa un trabajo adicional que tienen que realizar en su tiempo libre en vez de dedicarlo a sus hijos. La prueba está en los representantes de madres y padres de alumnos. En nuestro caso, muchos no se presentaron a las últimas elecciones por no tener tiempo y actualmente 3 de los 6 son docentes en secundaria.
2. Porque los centros no quieren que los padres se involucren. En nuestro caso, las reuniones del consejo escolar se limitan a aprobar mejoras en la infraestructura del centro, el presupuesto que nos presenta la secretaria y poco cosa más. Nuestra presencia está impuesta por las normativas y por esto nos toleran, pero no nos dejan colaborar. Y como no existe ningún “sindicato” o “colegio” de representantes de madres y padres, no tenemos asesoramiento para poder mejorar nuestro trabajo.
Un saludo y felicidades por este blog.
Cuando las familias de nuestro centro me eligieron representante de madres y padres de alumnos, creí que entraba a formar parte de un gran equipo: el Consejo Escolar, y que el profesorado y los representantes de padres trabajaríamos juntos para mejorar la educación en nuestro colegio. Nada más lejos de la realidad: en el centro hay dos equipos: los docentes y las familias (cuya presencia está impuesta por las normativas). En nuestro caso, los docentes toman sus decisiones entre ellos, y luego hacen una reunión llamada consejo escolar donde tratan algunos temas relacionados con la escuela pero que en el fondo no son muy relevantes. Ignoro la situación en otros colegios, pero mi impresión es que en el nuestro, los docentes consideran que la escuela les pertenece y no les gusta que los padres se inmiscuyan en su gestión.
Por este motivo, no creo que la participación de las familias en la gestión de los centros educativos sería eficaz.
Alfonso, en FAPAR trabajamos por conseguir una escuela pública de calidad, democratizar la enseñanza y mejorar las condiciones de la infancia, para ello desarrollamos actividades encaminadas a cumplir con determinados objetivos, entre ellos, el asesoramiento a las APAS y a las familias de nuestra escuela. Para mayor información, puedes consultar en nuestraweb, el item quienes somos, estamos a tu disposición.
Un cordial saludo
Ana Abán